SEGUNDA B | Play-off de ascenso
Un remate de categoría
Un gol de Ander Capa en el último minuto permite al Eibar culminar el regreso a Segunda A en su cuarto intento consecutivo. El equipo azulgrana, el único que no ha perdido en el play-off, redondeó su trayectoria con su 24ª victoria de la temporada.
HOSPITALET 0
EIBAR 1
Amaia U. LASAGABASTER
El Eibar ya es equipo de Segunda A. Una frase que los azulgranas llevan queriendo hacer cierta desde 2010 y a la que se han acercado año tras año, pero que se les ha resistido hasta ahora. Hasta esta campaña casi inmaculada que el equipo guipuzcoano ha culminado con un play-off de categoría. De su nueva categoría habría que decir, viendo la trayectoria que ha protagonizado durante estas seis últimas semanas, a la que ayer puso la guinda en la Feixa Llarga, un escenario que pasa a formar parte por méritos propios de la memoria azulgrana.
Y eso que la superioridad del Eibar en estos últimos 180 minutos de la temporada ha sido tal que casi ha restado emoción a un momento histórico, al tercer ascenso a Segunda en los 73 años de historia del club armero. Quizá es que la cuota de tensión se agotó en la primera eliminatoria, que los eibarreses no pudieron resolver hasta el ultimísimo minuto. O, más probablemente, que esa fe de la que aprendieron ante el Alcoyano -el único rival que realmente le ha complicado la vida- fuera la única lección que le faltaba por asimilar a un equipo que apenas ha mostrado defectos a lo largo de este larguísimo año.
A partir de ahí, todo ha sido coser y cantar, hasta el punto de que el equipo de Gaizka Garitano corre el peligro de que se le resten méritos por haber hecho pasar por fácil lo que de ninguna manera lo es. Porque remontar un marcador adverso en un Tartiere abarrotado es tan complicado como sentenciar después a un Oviedo obligado a ganar. Y qué decir de resolver en el partido de ida una eliminatoria que se presupone igualadísima, anulando la ventaja del factor campo al rival y ofreciendo tal exhibición de concentración que el equipo más realizador de la categoría no solo no ha sido capaz de anotar un gol, sino que apenas sí ha amenazado su portería en el total de las tres horas de enfrentamiento.
No tan largos
Pues todo eso ha hecho el Eibar -el único participante en el play-off que no ha perdido un solo partido, con dos empates, cuatro victorias y habiendo marcado en todos sus partidos-, al que el ejercicio de aislamiento que ha efectuado esta semana, en un intento de mantener los pies en la tierra pese a estar rodeado de un ambiente eufórico, le permitió rematar su eliminatoria frente al Hospitalet sin que los noventa minutos se le hicieran tan largos como había advertido el técnico rival. Y si lo fueron se debió más a las ganas incontrolables de celebrar un logro que se llevaba cuatro años persiguiendo que a lo que sucedió sobre el terreno de juego.
No fue demasiado, gracias a un Eibar que, posiblemente por primera vez esta temporada, no salió descaradamente a hacerse con la victoria, aunque el resultado fue igualmente exitoso. Los azugranas dejaron hacer a su rival -los porcentajes de posesión rondaron el 65-35 favorable a la escuadra catalana-, aunque de manera que su dominio resultara más aparente que efectivo. Y se guardaron, claro, la bala del contraataque para el golpe de gracia. Que bien pudo llegar en un primer tiempo en el que los dos equipos se repartieron las ocasiones, con un posible penalti no pitado en el área eibarresa y un balón a la madera de Guille Roldán.
Tras el descanso el Hospitalet dio un pasito adelante. Pero todo jugaba en su contra. El tiempo, la presión del marcador, el cansancio acumulado... Y la labor de zapa del Eibar, claro, que incluso tuvo tiempo de poner la guinda en el último minuto con una asistencia de Jon Errasti a la contra que Ander Capa convirtió en la 24ª, y posiblemente más recordada, victoria de la temporada.
Ahora sí, el delirio que desde hacía minutos, y casi se podría decir que desde hace días, se adueñaba de la afición, se trasladó también al terreno de juego. Qué decir tras el pitido final. Carreras, abrazos, manteos, lágrimas, bailes, risas... En la Feixa Llarga y en Eibar por igual. No era para menos. La tan deseada frase era, por fin, cierta. El Eibar ya es equipo de Segunda A.
Hubo quorum en la Feixa Llarga. El ascenso a Segunda A es la recompensa a una temporada larguísima -hace once meses y medio que los azulgranas empezaron a trabajar- de trabajo colectivo. La fuerza del grupo fue, sin duda, uno de los aspectos más destacados en el análisis del éxito.
«Sin duda tenemos que celebrarlo -aseguraba Gaizka Garitano-. El año empezó bien, en Copa hicimos un trabajo sobresaliente, en Liga hemos llevado un buena trayectoria y creo que también hemos hecho un gran play-off. Realmente todo nos ha salido bien, pero tengo grandes jugadores, un equipo muy trabajador, y así todo es más fácil».
«El equipo lo merece -corroboraba Txema Añibarro- porque hemos trabajado mucho todos por conseguir esto». Recordaba el capitán azulgrana que «llegué a Eibar en Segunda A, fue un mal año y bajamos. Y, cuatro años después, conseguimos volver. Ha sido un año bonito, desde el principio el equipo lo ha hecho muy bien, cumpliendo los objetivos paso a paso. Primero entrar en el play-off y una vez conseguido, subir. Lo hemos logrado y estamos contentísimos. En estos momentos te acuerdas de muchas cosas, pero sobre todo de los eibarzales, de la familia y de los amigos por el apoyo que nos han dado siempre».
También Diego Jiménez quería acordarse de la afición azulgrana, que «nos ha seguido a todos los lados. Creo que el pueblo de Eibar se merece esta alegría. Ha sido una buena temporada para mí -aseguraba el alicantino, preguntado al respecto-, pero sobre todo ha sido una buena temporada para el equipo. Lo ha conseguido el equipo, todos hemos dado todo lo que teníamos y hemos podido dar esta alegría a la afición eibarresa».
Precisamente el único eibarrés de la plantilla, Jon Errasti, visiblemente emocionado, admitía sentirse «sobrepasado, no hay palabras. Esto es increíble. Todo el año trabajando, sufriendo y al mismo tiempo llenos de ilusión, esperando que llegase este momento. Y ahora que ha llegado es increíble estar aquí, celebrándolo con nuestros aficionados. Imagínate qué es esto -añadía-, desde niño yendo a Ipurua a ver los partidos. Y ahora vivirlo así, formando parte del equipo».
Mikel Arruabarrena, por su parte, se reconocía especialmente feliz tras «cuatro años intentándolo. Pero por fin ha salido todo bien. Ha sido un gran año». Gracias, sobre todo, a que «en este equipo todos hacemos nuestro trabajo y eso es lo importante, que lo hemos hecho entre todos. También toda la gente que nos ha apoyado, incluso cuando nos ha ido peor». GARA
La representación vasca regresa a Segunda A con el ascenso de Alavés y Eibar. El último equipo euskaldun que había militado en la división de plata fue el Real Unión, en la temporada 09/10, aunque perdió la categoría esa misma campaña.
Un año antes lo habían hecho, precisamente, Alavés y Eibar, que ahora, tras cuatro temporadas intentándolo, también regresan de la mano.
Es en Segunda B donde se reduce el número de equipos vascos, como consecuencia de ese doble ascenso, que se une a la pérdida de categoría de Osasuna Promesas e Izarra, aunque el caso de los rojillos falta por saber todavía si el club se decidirá finalmente por comprar una plaza en la categoría de bronce. Como quiera que, de los ocho equipos que se clasificaron para el play-off, solo el Laudio asciende desde Tercera, la lista de representantes euskaldunes en Segunda B pasará de doce a nueve: Bilbao Athletic, Barakaldo, Amorebieta, Tudelano -estos tres últimos disputarán la Copa-, Real Unión, Sanse, Sestao River, Peña Sport y Laudio.
Habrá que ver cómo se distribuyen los grupos, pero difícilmente les tocará escuchar este próximo año que el suyo es el más flojo, teniendo en cuenta que dos de los cuatro ascensos han llegado precisamente del grupo vasco y que los otros dos equipos que se clasificaron para el play-off -Bilbao Athletic y Lleida- rozaron la clasificación para la tercera ronda.
Los otros dos billetes a Segunda A se han repartido entre el Grupo I (Tenerife) y el IV, después de que el Jaén resolviese su eliminatoria frente al Huracán, empatando a cero en casa tras el 1-1 de la ida. Ningún equipo del Grupo III ha logrado el ascenso. A.U.L.