Los chilenos votaron ayer en unas inéditas elecciones primarias, en las que la exmandataria Michelle Bachelet era la favorita para convertirse en la candidata de la oposición para las presidenciales de noviembre, mientras que en el oficialismo reinaba la incógnita.

De acuerdo con analistas, al final de la elección deberían resolverse dos incógnitas: quién será el candidato de la derecha con el que Bachelet disputará las elecciones presidenciales dentro de cinco meses y el nombre del aspirante que la secunde, que tendrá mayores posibilidades de influir en la conformación de su eventual programa de gobierno. Las elecciones arrancaron a las 8.00 (12.00 GMT) y las más de 13.000 mesas de votación estuvieron abiertas durante 10 horas.

Se trata de las primeras elecciones primarias nacionales en Chile y a las que los partidos políticos se someten voluntariamente pero se comprometen a aceptan sus resultados vinculantes para decidir en noviembre el sucesor del presidente Sebastián Piñera, cuando también se renovará gran parte del Congreso. Los candidatos perdedores no pueden postularse al mismo cargo en la elección posterior. No hay encuestas que anticipen los resultados, pero Bachelet, del Partido Socialista, es la amplia favorita para ganar la nominación del Pacto Nueva Mayoría, que incluye a los partidos de la histórica coalición política Concertación más el Partido Comunista.

En la derecha la pelea es cerrada entre Andrés Allamand, militante del partido del presidente Piñera, Renovación Nacional, y Pablo Longueira, de la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente y cercano al dictador Pinochet.