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Ar-3, un solar por el que Lizarra ha perdido dos millones de euros

El solar AR-3 de Lizarra está inmerso en un laberinto burocrático que ha impedido cualquier actuación urbanística durante 18 años. La falta de rigor del Ayuntamiento ha hecho perder millones de euros a las arcas públicas y ha perjudicado a propietarios en beneficio de los constructores que han llevado a cabo las principales obras en la ciudad los últimos años.

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Martxelo DÍAZ

El solar AR-3 se sitúa en una de las zonas de Lizarra que han experimentado un mayor cambio en los últimos años. Localizado junto a la carretera de Allo, se ubica al lado de la salida de la autovía que une Iruñea y Logroño, actualmente la principal vía de entrada a la ciudad. En este zona situada junto al campo de fútbol de Merkatondoa se han levantado en los últimos años varios centros comerciales -el de Mercadona es el último que se ha inaugurado- y otra serie de servicios, como varias gasolineras. Se da la circunstancia de que este solar, delimitado por un antiguo silo y una rotonda de nueva creación, permanece vacío.

Marisa Echávarri, propietaria de una parcela, ha entablado una larga batalla judicial en defensa de sus derechos contra el Ayuntamiento de Lizarra y el resto de propietarios, entre los que se encuentran los principales constructores de la ciudad.

Su abogado, Juan Pablo Salvatierra, explica que el origen de todo el embrollo está en que, en 1995, el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) estableció un área de suelo urbanizable pero sin que se realizara una medición exacta del terreno por parte de la Oficina Técnica Municipal, sino que se basó en los datos del catastro. Es habitual que de los planos a la realidad física existan discrepancias, por lo que se suele hacer una medición como método científico para acabar con las habituales discrepancias entre propietarios. Y resulta que el Tribunal Contencioso-Administrativo, el Consejo de Navarra, la empresa pública Tracasa, entre otros, han constatado la existencia de irregularidades en torno a este solar.

La situación se enreda hasta el punto que Echávarri realiza una medición pagada por su bolsillo y el propio Ayuntamiento lleva a cabo otra. Sin embargo, pese a que tanto la propia Echávarri como la que fuera edil de ANV Emma Ruiz han solicitado en repetidas ocasiones que se hagan públicos los datos de la medición realizada con fondos públicos, el Ayuntamiento se ha negado a ello en repetidas ocasiones. «Es algo increíble que solo pasa en Lizarra», comenta Ruiz.

La exconcejal abertzale denuncia que, en la reparcelación que se realizó para poder urbanizar este solar, el Ayuntamiento perdió más de 11.000 metros cuadrados, que correspondían a caminos rurales de uso público que generaban beneficios urbanísticos. Ruiz añade que, teniendo en cuenta el valor del terreno en esta zona, la actuación del Ayuntamiento, que considera negligente, ha supuesto una pérdida de unos dos millones de euros, «que es un dinero que han dejado de percibir los vecinos de Lizarra». Destaca que esta es la cantidad que se pagó por el suelo para construir el centro comercial de Mercadona, que se ha levantado recientemente justo enfrente del solar AR-3.

Además del Ayuntamiento de Lizarra, la gran perjudicada en la reparcelación llevada a cabo ha sido Echávarri, que también ha perdido muchos metros cuadrados de suelo urbanizable.

En lo que Ruiz considera otra irregularidad cometida por el Ayuntamiento, para compensar la pérdida de terreno, a Echávarri se le entregaron más metros cuadrados, pero pertenecían a una parcela adyacente, ajena al solar AR-3. Ruiz destaca que estos terrenos ni siquiera pertenecían al Ayuntamiento, por lo que la cesión a Echávarri es doblemente irregular. «Están situados junto al silo de trigo que está en la carretera y pertenecían al Gobierno español; más concretamente, al Ministerio de Agricultura. Es cierto que luego se cedieron al Ayuntamiento, pero cuando se entregaron a Marisa todavía no eran de propiedad municipal», puntualiza la exedil.

El nuevo solar entregado a Echávarri no está situado junto a la carretera de acceso a Lizarra, tal y como estaba el original. Esta circunstancia supone una merma en el precio del suelo.

Con la parcela de Almacenes Belarra S.L., uno de los principales constructores de Lizarra, ha sucedido todo lo contrario, ya que ha sido beneficiado con la reparcelación. «Antes, su parcela estaba en el interior. Ahora, en cambio, está situada en todo el frente de la carretera y junto a la rotonda que se ha construido. Su terreno vale ahora más», explican.

«A mí me lo dijeron claramente: en esta operación quienes hemos perdido hemos sido yo y el Ayuntamiento. Otros, en cambio, como Belarra, han salido ganando. Y mucho», destaca Echávarri.

Silencio municipal a preguntas de Bildu

El oscurantismo en el que se mueve el Ayuntamiento de Lizarra en este tema es evidente. En mayo, el concejal de Bildu Koldo Leoz solicitó un informe a la Oficina Técnica Municipal sobre el solar AR-3, y sigue esperando la respuesta. Las preguntas de Bildu son cruciales para poder valorar la actuación del Ayuntamiento. «¿Cuál es el número exacto de metros cuadrados de camino y parcelas de dominio público y/o titularidad pública que el Ayuntamiento ha aportado?». Es decir, cuánto ha dejado de ingresar. «¿Ha invadido la urbanización del AR-3 accesos a parcelas que quedan fuera del propio AR-3? ¿Se han dado soluciones alternativas en caso afirmativo?». El Ayuntamiento no responde.

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