Los sindicatos SPPME y UGT corrieron ayer un pequeño encierro para protestar por su situación laboral y para denunciar el acoso al que se ven sometidos por parte de su jefe, el exmilitar Simón Santamaría, y el concejal responsable de Seguridad Ciudadana, Ignacio Polo.

Los agentes vistieron de humor una protesta en la que se denunciaron situaciones graves, muchas de ellas ya judicializadas, como la presentación de expedientes disciplinarios contra policías municipales díscolos sin ningún motivo o la prohibición de celebrar reuniones sindicales. También criticaron que el Consistorio se gaste 6.500 euros en gafas negras para evitar el empleo de otras blancas como forma de protesta. A partir de ahora, los agentes críticos han decidido llevar relojes de color blanco.

La reivindicación incluyó carteles pidiendo la dimisión de Maya y en favor de que se ponga fin a las formas de actuar que están «acabando con la credibilidad de este cuerpo».

La Policía Municipal aportará 400 agentes al dispositivo de San Fermín, la policía española 900 y el grueso lo conformarán guardias civiles, unos 1.400.