Al día siguiente del cese de la ministra de Ecología, Delphine Batho, por haber criticado los recortes en el presupuesto de su Ministerio en las cuentas de 2014, la coalición gubernamental francesa entre el Partido Socialista y los Verdes se encuentra en crisis y son varias las voces en el seno de los Verdes que instan a dar por concluido el acuerdo con el presidente, Fran- çois Hollande.

¿Se irán, no se irán? El futuro de los dos ministros verdes en el Gobierno jamás había sido tan incierto como al día siguiente del cese de Batho.

Su salida, con el rigor presupuestario de fondo, constituye la crisis más grave del Gobierno de Jean-Marc Ayrault desde la provocada por la dimisión el 19 de marzo del ministro de Presupuesto, Jérôme Cahuzac, por haber ocultado la existencia de una cuenta bancaria secreta en el extranjero.

«Señal de alarma»

Irónicamente, los ecologistas de Europa Ecología-Los Verdes (EELV: con dos ministros de 37 y 18 diputados de 577) se mostraron solidarios con Batho, quien sin embargo consideró «discreta» su reacción. Ayer, uno de los ministros verdes, Pascal Canfin (Desarrollo), calificó de «señal de alarma» la decisión presidencial y amenazó con abandonar el Gobierno junto a su compañera Cécile Duflot (Vivienda). Pero, claro signo de las dudas y tensiones internas, la víspera se descartó una renuncia inmediata de ambos ministros tras una reunión de urgencia convocada por dirigentes del EELV.

Muchos en el seno de esta formación, no obstante, abogan por dejar el Gobierno, que ya ha superado otras crisis, aunque esta podría suponer un golpe mortal al acuerdo entre el PS y el EELV a menos de un año de las elecciones locales de marzo de 2014. Pero, minoritarios, los ecologistas necesitan más del acuerdo que el PS, que todavía tiene una pequeña mayoría absoluta en la Asamblea Nacional para sacar adelante sus proyectos