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golpe de estado en egipto

El Ejército egipcio derroca a Morsi y suspende la Constitución

El Ejército volvió a coger las riendas del poder que sujetó durante décadas en Egipto al derrocar al presidente, Mohamed Morsi, y derogar la Constitución. En su lugar nombró al presidente del Consejo Constitucional, Adly Mansur. Morsi rechazó el golpe de Estado y pidió evitar el derramamiento de sangre que se preveía, con millares de opositores y partidarios del presidente en unas calles ocupadas por los militares.

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GARA | EL CAIRO

El Ejército egipcio cumplió su amenaza y derrocó al presidente, Mohamed Morsi, sustituyéndolo por el presidente del Consejo Constitucional, Adly Mansur -quien deberá convocar y supervisar las próximas elecciones presidenciales- y suspendió la Constitución.

El propio jefe del Ejército, el general Abdel Fatah al Sisi, se encargó de anunciarlo a través de un mensaje televisado, dejando claro que los militares se encargarán, de nuevo, de dirigir el proceso, y dejando a los opositores las matizaciones posteriores. «Un comité se encargará de examinar las propuestas para reformar la Constitución», continuó el general, que anunció que un gobierno «que re una a todas las fuerzas nacionales, dotado de plenos poderes», se encargará de «gestionar el actual periodo».

Tras el general, el representante que ha elegido la oposición, Mohammed ElBaradei, sostuvo que estas medidas «responden a las aspiraciones del pueblo».

ElBaradei, con el que el jefe del Ejército había debatido unas horas antes los pasos del golpe y la posterior «hoja de ruta» preparada por los militares, añadió que la caída de Morsi supone el inicio de una «nueva era» para la revolución iniciada en 2011 tras la era Mubarak. El líder opositor apareció acompañado del papa de lo cristianos coptos, Tawadros II, y el jeque de la mezquita de Al Azhar, máxima autoridad religiosa suní, Ahmed el Tayeb, que apoyaron el levantamiento militar y solicitaron la convocatoria de elecciones presidenciales

Pero el presidente continuó defendiendo su legitimidad. «Las medidas anunciadas por el comandante de las fuerzas armadas representan un completo golpe de Estado, rechazado por todos los hombres libres de nuestro país», denunció a través de Twitter, y pidió a sus seguidores que «se adhieran a la vía pacífica» y que «eviten derramar la sangre de los compañeros egipcios».

Instó, asimismo, a los altos mandos militares y a los soldados que cumplan con la Constitución y la ley y no respondan al golpe de Estado. El anuncio del golpe desató una explosión de júbilo entre los millares de opositores que lo esperaban concentrados en la plaza Tahrir y los alrededores, y que lanzaron cohetes mientras los coches circulaban por El Cairo haciendo sonar sus bocinas.

Hermanos Musulmanes

Pero la tensión puede estallar, ya que los Hermanos Musulmanes, también por millares en la calle, denunciaron que se trata de una «conspiración contra la legitimidad, un golpe de Estado militar contra la voluntad popular y devuelve a Egipto al despotismo».

La Hermandad islamista señaló que «millones de egipcios en las plazas de Egipto han comenzado una sentada en apoyo a la legitimidad». Miles de ellos permanecían concentrados alrededor de la mezquita de Rabaa al Adawiya cercados por las fuerzas armadas. La organización denunció que los militares impedían que la concentración en apoyo de Morsi se extendiera a otras zonas.

Las enfrentamientos entre partidarios y opositores de Morsi en las manifestaciones masivas en todo el país habían dejado la víspera 18 muertos. Ayer a medianoche, ya había al menos cuatro personas muertas.

Amnistía Internacional denunció la «sospechosa» incapacidad de las fuerzas de seguridad para controlar estos enfrentamientos.

La hoja de ruta implicaría, según el diario «Al-Ahram», que las personas que se opongan el mismo sean sometidas a «arresto domiciliario» antes de ser juzgadas por «tribunales revolucionarios.

De hecho, a las pocas horas, los militares irrumpieron en la sede de la televisión de los Hermanos Musulmanes.

Horas antes de materializar el golpe, el Ejército ya había ocupado la televisión estatal y puesto bajo vigilancia de las autoridades. A la vez, desplegaron sus vehículos blindados por otros puntos de El Cairo antes de que concluyera el ultimátum que habían dado al Gobierno.

Seguidores de Morsi, cercados

También cercaron a los partidarios del presidente en los barrios de Ciudad Nasser, Heliópolis y la Universidad de el Cairo, donde se concentraba la multitud islamista. Además, levantó alambradas y barreras en torno al cuartel de la Guardia Revolucionaria próximo a El Cairo, en el que se encontraba trabajando Mohamed Morsi.

El asesor de seguridad nacional del presidente, Essam El Haddad dijo temer que el Ejército y la Policía atacaran a los seguidores del presidente. «En estos tiempos, ningún golpe de Estado militar puede tener éxito delante de una fuerza popular de tamaño considerable sin derramamiento de sangre», advirtió Haddad.

El Ejército prohibió salir del país tanto a Morsi como al vicepresidente del Partido Libertad y Justicia (PLJ, vinculado a los Hermanos Musulmanes), Esam el Erian, y al del partido islámico Al Wasat, Esam Sultan, bajo la acusación de la evasión de la prisión de Wadi Natroun en 2011, donde fue encarcelado por el régimen de Mubarak, sostenido por los propios militares.

Antes de la intervención, el jefe del Ejército y ministro de Defensa, el mariscal Abdel Fatah al Sisi, se había reunido con el representante de la oposición, Mohamed el Baradei, para analizar la hoja de ruta que las Fuerzas Armadas habían preparado.

El portavoz de Morsi, Ayman Ali, aseguraba entonces que el jefe de Estado considera que «es mejor para un presidente morir de pie en lugar de ser condenado por la historia y las generaciones futuras por desperdiciar las esperanzas de los egipcios de una vida democrática».

A su vez, el general al Sisi dijo que «es más honorable para nosotros (los militares) morir que para el pueblo egipcio sentirse amenazado o aterrorizado» y aseguró que «sacrificará su sangre por Egipto y su pueblo contra cualquier terrorista, extremista o persona ignorante», después de que el presidente se haya negado a dimitir.

Morsi había llegado a reiterar su oferta de un gobierno de unidad nacional y de un comité para enmendar la Constitución, así como la celebración de elecciones legislativas.

EEUU LLAMA a sisi

El secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, telefoneó el miércoles al jefe del Ejército egipcio, general Abdel Fatah al Sisi, y ambos también hablaron la semana pasada, según informó el Pentágono.

salafistas

Gamaa al Islamiya, el aliado salafista de Morsi, pidió elecciones anticipadas «para evitar más derramamiento de sangre» y el partido salafista Nour confirmó que han abandonado al presidente y ha participado en la redacción de la «hoja de ruta» del Ejército.

siria

El presidente de Siria, Bashar al Assad, afirmó que el golpe significa «la derrota del Islam político en la región», y su ministro de Información pedía que Morsi se diera cuenta «de que la inmensa mayoría del pueblo rechaza su presencia y reclama su salida».

violaciones

Cerca de un centenar de agresiones sexuales y violaciones han ocurrido en la plaza Tharir y sus alrededores durante las manifestaciones contra Morsi desde el pasado 28 de junio, según Human Rights Watch.

al qaeda

El hermano del líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, prometió resistencia armada. «Si EEUU o sus agentes en Egipto avanzan hacia la confrontación, será una decisión que nos favorezca. No tenemos nada que perder», afirmó.

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