La avaricia rompe el saco. Así dice el refrán. La patronal vasca no ha querido ceder un poco y renunciar a algunos privilegios totales que tiene. Ha conseguido del Gobierno español todo el poder con la reforma laboral y de negociación colectiva. Lo quiere aprovechar a tope. Se ha impuesto, incluso, por encima de la mediación del Gobierno de Gasteiz. Se demuestra, como ya han explicado los sindicatos, que esta elite empresarial, que es reducida, tiene más poder que los gobiernos, que se dejan, y pasa por encima de la voluntad de la sociedad vasca.

Las empresas, -ya sé que hay excepciones- están ganando en la crisis más que en tiempos de abundancia que, por cierto, no repartieron nada a la sociedad, a quienes en realidad obtienen las plusvalías que ellos se embolsan: los trabajadores. En la crisis han despedido y han ajustado los salarios a la baja.

Toda la vida diciendo que se debe utilizar el diálogo como salida y solución, pero resulta que la patronal cuando tiene la sartén por el mango, ni la suelta, ni dialoga ni nada de nada. Es otra prueba más de que los gobiernos han cedido a esta elite económica y retrocederemos décadas. Todo lo que conquistaron quienes nos han precedido con la lucha, el sudor y las lágrimas ha quedado arrasado. El tsunami neoliberal ha destruido todo.

Sin embargo, la clase trabajadora y la sociedad vasca seguro que saben responder a esta agresión. Después, lo estoy viendo, se quejarán de que hay mucha conflictividad en las empresas. Son ellos los culpables de esta situación. Hasta la fecha no les había ido nada mal. Cada vez tienen más beneficios, pero han aprovechado la crisis para machacar. Nos quieren esclavos para ganar más. Para que se sepa claro y alto, los empresarios vascos ganan más de un 15% por encima de los beneficios que obtienen los empresarios españoles, y me atrevería a decir que muchos europeos. Sin embargo, han decidido que quieren más, y para ello utilizan el chantaje y la amenaza, para que los trabajadores tengan miedo, sean obedientes y se callen.

Creo en la lucha de la clase trabajadora. Como decía el revolucionario Che Guevara, solo se pierde la lucha que se abandona. Tenemos que luchar para dejar unas condiciones laborales y sociales dignas a quienes vienen por detrás. ¡A por ellos!