Navarra necesita un cambio de rumbo. El Gobierno de UPN está agotado, ha arruinado su credibilidad con la corrupción y no puede ofrecer ninguna esperanza. Tenemos que trabajar a favor de un cambio que consista en hacer posible una Navarra socialmente avanzada, moderna, democrática, cohesionada, integradora para sus distintas sensibilidades nacionales, igualitaria para la mujer, imbuida de una cultura cimentada en los derechos humanos, progresista, sostenible, republicana, políticamente decente.

Hay que tener en cuenta que al igual que en el Estado con el Gobierno del PP, en Navarra la derecha de UPN gobierna en fraude democrático contra la mayoría social. La derecha aplica frente a la crisis un austericidio neoliberal que nadie votó en las elecciones, y esta lógica nos hunde en el pozo de la crisis y el paro.

Los datos son aplastantes. La tasa de paro se sitúa en el 19,02%, la desigualdad se ha disparado desde el comienzo de la crisis y cada vez más personas entran en la zona de pobreza y exclusión social, 3.500 familias han sido desahuciadas de sus viviendas y miles de solicitudes de renta básica son rechazadas a pesar de que los demandantes carecen de cualquier ingreso.

En Navarra UPN, sostenido en las dos últimas décadas por el PSN, no puede ocultar su enorme responsabilidad en lo que está sucediendo.

Responsabilidad en haber despilfarrado miles de millones de euros (en cemento y obras tan faraónicas como innecesarias, en todo un entramado de empresas y fundaciones donde colocar a los de casa...), responsabilidad en haber machacado la progresividad y capacidad recaudatoria del sistema fiscal en favor de los que más ganan y más tienen, responsabilidad en haber dejado Caja Navarra en manos de unos gestores megalómanos que la han acabado arruinando, responsabilidad en haber alimentado la eco- nomía del ladrillo, la especulación inmobiliaria y el endeudamiento masivo, y responsabilidad, en definitiva, en haber sido los máximos defensores y ejecutores políticos en Navarra del pensamiento económico neoliberal que ha estado en el origen y desarrollo de la actual crisis.

Los hombres y mujeres de Izquierda-Ezkerra estamos con la mayoría de la sociedad que exige un cambio en profundidad, y por eso apostamos por levantar y hacer realidad una alternativa social y política desde la izquierda y la pluralidad interidentitaria. Lo tenemos que hacer posible en primer lugar para ganar una salida social y justa de la crisis provocada por las políticas neoliberales y de derechas.

El modelo económico, político y social de UPN ha fracasado, porque las recetas de la derecha han provocado que las personas damnificadas por la crisis hoy estén peor que hace un año. Las medidas de recorte han supuesto un ataque a los derechos sociales, empeorando muchos de los servicios básicos como la salud, la educación o la inclusión social.

El centro del cambio debe ser la creación de empleo, la protección social para las personas paradas, la asistencia a la gente más necesitada cuyo aumento es creciente. Y al mismo tiempo la defensa del Estado de Bienestar. Un acuerdo que se sitúe frente a los recortes de ámbito europeo y estatal hasta donde podamos y que renuncie a los recortes sociales en su parcela navarra.

Asimismo la mayoría social trabajadora necesita una alternativa que defienda la democracia participativa frente al golpe de los mercados y la corrupción. Una alternativa con un fuerte impulso ético y democrático. La regeneración de la vida institucional es una demanda positiva y necesaria. Estando en el poder conjugar ética y política es uno de los desafíos más difíciles, ya que es necesario ser autoexigentes con la corrupción, el egoísmo particular o el gobierno para los «nuestros». Por esta razón, se requiere una lucha permanente y un control riguroso.

Creemos que es imprescindible generar una cultura común entre las izquierdas navarras para contrarrestar las políticas que la derecha está poniendo en práctica en Navarra.

Y creemos finalmente imprescindible que la alternativa a la derecha sea interidentitaria, que ofrezca también una política superadora del frentismo identitario. Hace falta un acuerdo de bases comunes para la convivencia entre las gentes navarras con diferentes sentimientos de pertenencia. Bajo unos criterios de integración, convivencia, no- frentismo, respeto mutuo, principio de la mayoría democráticamente expresada y respeto a los derechos de las minorías. Navarra necesita reforzar los elementos comunes de sus diferentes sensibilidades para ser una comunidad más cohesionada, con más calidad democrática. Porque neoliberalismo económico y frentismo identitario han sido los cimientos sobre los que se ha asentado la hegemonía de la derecha en Navarra.

Creemos que la derrota en Navarra de la derecha y sus políticas, la defensa de la democracia y los derechos sociales, pasa por la izquierda y la ruptura del frentismo identitario.

El reto del cambio requiere mucho trabajo para tratar de sacar lo mejor de esa Navarra progresista. Por ello se hace también necesario implicar a todo el universo social, sindical y político de izquierdas en favor del cambio y la cultura común.

Porque, en definitiva, la mayoría social trabajadora es el sujeto político y social desde el que se debe y se puede construir un gran acuerdo que permita hacer realidad la alternativa a UPN y a las políticas de derechas.

El cambio real y profundo vendrá desde una mirada de fondo y de base, y ante esto tender puentes, resistir y luchar es lo único que nos hará ser capaces de reconstruir desde las instituciones y la calle una situación que es hoy muy grave para miles de personas víctimas de la crisis.

Desde Izquierda-Ezkerra estamos firmemente comprometidos en la necesidad de alcanzar ese acuerdo y esa unidad movilizadora, de izquierdas e interidentitaria. Es la alternativa posible y necesaria en Navarra.