TOUR | Declaraciones
Froome: «Uno de los días más difíciles»
Nieve se mostraba muy contento: «En la etapas de montaña he estado incluso mejor de lo que esperaba, y verte con los mejores cara a cara es satisfactorio»
GARA
Las dos últimas victorias irlandesas del Tour han quedado en la misma familia. Daniel Martin (Garmin) tomó ayer el relevo del triunfo de su tío Stephen Roche en 1992. «Estoy muy contento de haberlo conseguido, es un orgullo». Martin afirmó que aceleró en la última subida no para escaparse, sino para estar entre los mejores, «pero cuando vi que me iba pensé que no tenía nada que perder, así que seguí el esfuerzo. En la llegada final «tenía confianza, sabía que podía ganar si entraba en cabeza en la última curva».
Martin se deshizo en alabanzas a su equipo -«una familia»-, que fue quien rompió la carrera en el primer puerto. Stephen Roche, que sigue el Tour como comentarista televisivo, aseguró estar «orgulloso» de su sobrino. «Es poco conocido, pero a partir de hoy le vamos a conocer más. Creo que puede terminar entre los diez mejores de la general. Es un gran tipo y merece esta victoria porque ha trabajado mucho para llegar hasta aquí».
Chris Froome (Sky) conservaba a duras penas el maillot amarillo: «Ha sido un día muy difícil, uno de los más difíciles que he vivido en el ciclismo. Pero a pesar de todo he tenido controlado el grupo en todo momento. La táctica era simple, tenía que pegarme a su ruedas y seguir». Cuando le preguntaron sobre sus compañeros, el líder del Sky señaló que lo que había pasado era normal, «con toda el trabajo que hicieron ayer (por el sábado), han pagado el esfuerzo. Ellos han realizado un trabajo enorme para llevarme hasta el liderato, y son humanos...»
Jakob Fuglsang (Astana) se mostraba decepcionado: «Al final segundo, como en la Dauphiné. Tenía la esperanza de ganar, pero... Sabía que iba a ser difícil batir a Dan Martin, es muy rápido, aunque esperaba encontrarme más fuerte que él. Hemos tenido una primera semana difícil, pero seguimos sin perder la ambición».
Mikel Nieve (Euskaltel) ascendía al undécimo puesto de la general tras la segunda etapa pirenaica. «Estoy muy contento con el rendimiento de este Tour. La primera semana la hemos podido superar sin incidencias, y en las etapas de montaña he estado incluso mejor de lo que esperaba. En el Tour el nivel es muy alto y verte con los mejores cara a cara es satisfactorio». Sobre la etapa, Nieve la tachó de «durísima. Los ataques han comenzado muy pronto y no se ha parado. Nosotros nos hemos movido de salida buscando sorprender y al final quizás haya pagado un poco esos esfuerzos. Hemos sido ofensivos y no ha salido, pero lo hemos intentado».
Su compañero Igor Antón se refería a la etapa como «una pasada de dura» y coincidía con su compañero a la hora de calificarla de «durísima de principio a fin, sin descanso. Se han pagado los esfuerzos del día anterior, pero al menos hemos salvado los muebles con Mikel Nieve, que ha entrado delante -explicaba-. Cuando Froome se quedó solo me fui con Hesjedal, pero entre el calor que hacía y una avería no pude salir adelante. A partir de ahora toca soñar con los Alpes», concluía ilusionado.
Pierre Rolland (Europcar) apuntaba que «fue una etapa-dinamita, de locura. Ayer (por el sábado), decía que si se quería vencer a Froome, había que atacarle desde lejos y aislarle, y hoy han intentado montarle una fiesta. Mi objetivo principal es el maillot de la montaña, aunque sé que será difícil. Es un maillot que me hace soñar».
Alberto Contador (Saxo) recuperó sensaciones: «Ha sido un día muy difícil, pero me sentí mejor, aunque no lo suficiente como para plantearme atacar».