Si alguien piensa que el conflicto de la ikurriña en Sanfermines comenzó anteayer, eeeerror. Cierto es que había ondeado en el edificio consistorial con cierta normalidad en el posfranquismo, cierto es que el Estado la había legalizado sin necesidad de tener que pasar por encima del cadáver de Fraga, y cierto es que estaba muy normalizada en la calle. Pero en los 80 UPN y AP iban a convertir la bandera en caballo de batalla cada vez con más ímpetu.

Lo pagó el grupo de dantzas municipal, histórico -se había creado en 1949- y muy prestigioso en la ciudad. También en el extranjero: en los 50 había actuado ante el Papa en Roma, y luego acompañó a los gigantes a Nueva York, en su mítico viaje transoceánico. Durante varios años, el Ayuntamiento le exhortó a dejar de utilizar la ikurriña en la procesión de San Fermín y en la Octava del día 14. Los dantzaris se negaron. A los emplazamientos les sucedieron las exigencias, y a estas el ultimátum. En 1988, una iniciativa del único concejal de Alianza Popular zanjó la cuestión por las bravas: el grupo quedaba disuelto. Pero el pueblo no se resignaba a quedarse sin dantzaris, así que el 7 de julio volvieron a saltar a la calle. El nuevo alcalde, Javier Chourraut, que se presentaba como la cara más amable de UPN, entró en cólera por las protestas ciudadanas y retrasó su salida a la procesión, y ahí se armó uno de esos cifostios sanfermineros tan nuestros, en el que el pendón de la ciudad acabó por los suelos.

Los dantzaris del oficialmente llamado Grupo de Dantzas del Excelentísimo Ayuntamiento de Pamplona crearon Duguna, que ha prolongado la historia y el éxito con actuaciones en puntos tan lejanos como Japón. En 1996 volvería a firmar un convenio con el Consistorio y desde entonces participa de nuevo en los actos sanfermineros, como entidad privada y únicamente con la bandera verde de Iruñea. El caso es que aquella primera andanada contra la ikurriña animaría a UPN a dar otras vueltas de tuerca contra la tricolor. Para entusiasmo de diarios como ``Abc'', que escribía el 8 de julio de 1988: «En medios políticos se alaba la actuación del alcalde, que en lo que va de fiesta ha actuado con firmeza, impidiendo en todo momento que determinados grupos radicales se hiciesen con el control de las fiestas». ¿A que suena?