Zinegotzi

LA MARAVILLA DE TADEO AMORENA

Estoy seguro de que los pamploneses guardan muy adentro de su alma a la Comparsa. Al gigante Toko-Toko, a la reina Larancha-La y a los demás reyes de los continentes. También a los kilikis y, por supuesto, mis hermanos cabezudos: Japonés, Japonesa, Alcalde y Abuela. Cierto es que, también en esto de la Comparsa, hay clases. Los gigantes y nosotros, los cabezudos, somos hijos del agote más famoso de todos: el brillantísimo Tadeo Amorena. Los kilikis, como mi vecino quisquilloso, vinieron después y no son del mismo abolengo. Pero hasta ellos, aun sin compartir nuestra alcurnia, se han ganado su espacio a fuerza de salir con nosotros. La Comparsa nació allá por 1860, y desciende de una tradición anterior, antiquísima, quizá tanto como la ciudad que la vio nacer.

Basta mirar a los maravillados ojos de los pequeños para entender que la Comparsa es todo fantasía. La Comparsa es bondad pura y un sello de identidad de estas fiestas incomparables. Disfrutan de nosotros niños, madres y padres. Y hasta los jóvenes que creen haberse hecho mayores no pueden sino rendirse a esos tan gratos recuerdos que les hemos brindado. El sencillo e hipnótico baile de los gigantes, el sonido de los txistus, la magnificencia de los cabezudos, el correteo del zaldiko y los kilikis llenan diariamente a Iruñea de alborozo y alegría.

Karabinagre

UN TRUÑO. EL ÚNICO QUE MOLO SOY YO

No se le puede coger mucho cariño al artista que me parió con esta cara. Me diseñó a mala ostia y al final es el carácter que he heredado. La Comparsa es una sosez y la legión de fitipaldis con silletas que la siguen, un peligro público. Su manía de atropellar los dedicos del pie es harto conocida. Ya se han contabilizado cuatro amputaciones de juanetes estas fiestas. No me extraña que ayer la Braulia tuviera ese arranque suicida. Es la única que tiene conciencia.

Seguro que el cansalmas de mi izquierda sale con las batallitas del Tadeo. Pedazo de erudito. Se pone a hacer reyes de los continentes y hace solo cuatro. Seguro que estudió en el Opus. ¡Y encima cree que los negros vienen de América! En realidad, a los cabezudos no los conocen ni en su casa. El Zinegotzi este está aquí chupando cámara y viviendo de mis rentas. De todo el grupete, el único que mola soy yo. Lo que quiere la gente es que le zumben a mala cara, y no bailecitos ñoños. Me cae bien el zaldiko, pero es que a mí el caballo me pierde.

Los gigantes que me molan de verdad son los de la Yihad Mañanera: El Bin Laden y el Michael Jackson. Esos sí son unos jefazos. Derribemos la monarquía y a los reyes de los continentes. Gora Errepublika! ¡Aupa el Rey del Pop! ¡Abajo la Comparsa! La próxima vez que les veáis, hacerles la zancadilla.