GRAN AMBIENTE EN LOS PIRINEOS
Buen tiempo y fin de semana, la mezcla perfecta
Esait valora de forma positiva la respuesta de los aficionados a los actos organizados en Ancizan.
GARA
Esait valoró muy positivamente la respuesta del público a los actos organizados por la plataforma con motivo del paso del Tour por los Pirineos. Según explicó Martxel Toledo, el hecho de que el buen tiempo acompañara en todo momento y que las etapas pirenaicas coincidieran con el fin de semana por primera vez desde 2005, han sido factores muy importantes para que el éxito fuera total.
El único problema de todo el fin de semana fue que la Gendarmería francesa obligó a adelantar la hora de salida de la marcha cicloturista organizada por Esait ayer por la mañana. Aunque en un principio se anunció que comenzaría a las 11.00, los gendarmes les obligaron a salir a las 9.45 como muy tarde, argumentando que a partir de esa hora se iba a cerrar la circulación en la subida a La Hourquette d'Ancizan. Tampoco permitieron que una moto encabezara la marcha como ha sucedido en anteriores ediciones.
A pesar de ese cambio, que no se pudo hacer llegar a todo el mundo y seguro dejó a alguien sin poder participar, un centenar de cicloturistas se acercaron a la localidad de Ancizan para recorrer los cerca de diez kilómetros de los que consta el ascenso. Unos cien ciclistas que quisieron dejar clara su reivindicación a favor de las selecciones oficiales vascas.
Sobre el escenario escogido este año para albergar la fiesta de Esait, Toledo se congratuló por las amplias campas de hierba situadas a unos dos kilómetros de la cima, que les han permitido montar su estructura sin ningún problema de espacio.
El chupinazo del sábado, la novedad de este año por la coincidencia con las fiestas de San Fermín, fue un auténtico acierto y los miembros de Esait estaban contentos por haber terminado con todas las previsiones de comida y bebida que llevaron desde Euskal Herria. Es la mejor señal de la buena respuesta de los aficionados, que pudieron olvidarse por fin de la lluvia y el frío que empañaron en cierta medida el paso de los ciclistas por los Pirineos los dos años anteriores.