La solución, la vuelta al modelo anterior
Joseba ITURRIA
Aunque nadie se imagina que el Euskaltel pueda desaparecer, sus responsables trasmiten que ésa es la hipótesis más probable a pesar de que en los Pirineos se comprobó el gran respaldo social que tiene el equipo al llenar de camisetas naranjas la carretera. No es un problema solo del Euskaltel. El equipo continental de la Fundación Euskadi también trasmite que desaparecerá si no encuentra apoyo de las instituciones y en la misma situación está el Bizkaia Durango femenino, que solo a última hora decidió participar en el Giro. Tampoco es un problema exclusivo del ciclismo. La crisis provoca que los equipos no encuentren patrocinadores y que se vean recortadas las subvenciones y eso ha motivado que los equipos de élite estén en apuros.
Euskaltel-Euskadi tenía una ventaja hasta la pasada temporada, que no era solo un equipo, también era un proyecto social apoyado por miles de socios que arrancaba desde el Aula Pedagógica de la Fundación con los niños, pasaba por los juniors becados, por el equipo amateur del Naturgás, el continental del Orbea y el World Tour. Y también, ante todo, era un proyecto político porque el PNV apoyó una filosofía que convertía al equipo en el único que representaba a toda la sociedad vasca formada solo por corredores vascos.
La primera temporada alejado de este modelo deportivo, social, político y filosófico ha dejado al proyecto sin viabilidad y la única solución es recuperar el modelo anterior y tener ayudas de las instituciones y de los socios para que Euskaltel no deba asumir casi todo el presupuesto.
También será necesario una readecuación del presupuesto del equipo, que ha crecido de una manera inviable en tiempos de crisis. Euskaltel deberá volver a tener 23 corredores, rebajar salarios y olvidarse de comprar puntos y volver a su filosofía inicial, porque un vasco que cobre el mínimo World Tour es más barato que un extranjero. Así la ayuda de las instituciones es más justificable porque el ciclismo ofrece una posibilidad de vender país que no da ningún otro deporte. No es fácil justificar el apoyo institucional al deporte de élite, pero la Orquesta Sinfónica de Euskadi tiene 6,38 millones en los presupuestos de Lakua de este año. Con una tercera parte la sociedad vasca podrá tener equipos que le representen en un deporte que permite competir como si fuera una selección nacional internacionalmente.