El teniente general Emilio Alonso Manglano, exdirector y máximo responsables de los servicios secretos españoles desde 1981 hasta 1995, falleció ayer en Madrid, según informaron varias fuentes militares.

Alonso Manglano fue nombrado máximo responsable del CESID en mayo de 1981, meses después de la intentona golpista del 23-F, y permaneció en el cargo hasta 1995, cuando dimitió a raíz del escándalo de las escuchas ilegales a varios personajes de la vida pública. Por este caso fue condenado por la Audiencia Provincial de Madrid y por el Tribunal Supremo a seis meses de cárcel y ocho años de inhabilitación, aunque en marzo de 2004 el Tribunal Constitucional revocó ambas sentencias.

Absuelto en dos ocasiones

Volvió a ser juzgado en 2003, junto al también exdirector del Cesid Javier Calderón, por la Audiencia Provincial de Araba por las escuchas a la sede de Herri Batasuna (HB) en Gasteiz. Fue condenado a tres años de prisión, pero el Tribunal Supremo les absolvió un año después.

A Manglano también se le relacionó con los GAL, y a pesar de que existían indicios de que participó en la fundación de dicha organización parapolicial y estar imputado por la muerte de Ramón Oñederra, Bixente Perurena, Angel Gurmindo y Christian Olaskoaga, finalmente el juez Baltasar Garzón decidió exculparle, al entender que el delito había prescrito para él y para los también generales Enrique Rodríguez Galindo y Andrés Cassinello.

Su relación con las diferentes tramas de la «guerra sucia» y las alcantarillas del Estado no se queda ahí. Alonso Manglano tuvo que comparecer ante los tribunales, tanto en calidad de testigo como imputado, por otros casos relacionados con los GAL que tuvieron amplia resonancia durante los años 80 como el secuestro de Segundo Marey, y el secuestro, tortura y muerte de los jóvenes Joxean Lasa y Joxi Zabala; o la «operación Mengele», en la que se investigaba la presunta utilización de indigentes como cobayas humanas, aunque siempre salió indemne.