Sarkozy regresa al «rescate» de una UMP a la que contribuyó a hundir
El exmandatario francés Nicolas Sarkozy regresó ayer a una reunión de la dirección de la UMP por primera vez desde su derrota en las elecciones presidenciales de 2012 como «expresión de solidaridad», tras el revés que el Consejo Constitucional dio a la formación derechista al rechazar las cuentas de la campaña de Sarkozy y dejarla al borde de la quiebra. El expresidente negó que fuera su regreso a la política.
GARA | PARÍS
Nicolas Sarkozy aseguró ayer a los cuadros de su partido que no ha llegado la hora de su retorno a la política, mientras afirmaba que debía atender a sus «responsabilidades» y dar un men- saje de apoyo a sus correligionarios tras la anulación de las cuentas de su campaña presidencial de 2012, que dejó a la UMP en números rojos. Sarkozy acudió a la reunión extraordinaria de la dirección de su partido como «expresión de solidaridad», después de que el viernes, tras la decisión del Consejo Constitucional de rechazar sus cuentas, hiciera un llamamiento a militantes y simpatizantes de la formación para evitar la quiebra de la UMP.
«Este no es mi regreso político. El día en el que retome la palabra será para hablar a los franceses de Francia», afirmó en su cuenta de Twitter Sarkozy, quien anunció su retirada definitiva de la política tras perder los comicios de mayo de 2012 frente a François Hollande, del Partido Socialista.
Sus compañeros de partido coincidieron en que no ha llegado el momento. Así, el exministro Brice Hortefeux declaró a AFP que su presencia en la reunión de la UMP «debe entenderse como una expresión de solidaridad».
La presencia del expresidente en la sede parisina de su partido se debió a la decisión tomada por la semana pasada por el Consejo Constitucional francés, que rechazó las cuentas de su campaña presidencial del año pasado, lo que priva a la UMP de 10,6 millones de euros. Según ese órgano, Sarkozy gastó en su campaña cerca de 23,1 millones de euros, pese a que el máximo autorizado era de 22.509.000 euros.
El exmandatario reiteró ayer que esa decisión «crea una situación grave e inédita» en el Estado francés, y señaló que «la cuestión no es la UMP, sino el pluralismo».
Sarkozy hizo el viernes un llamamiento apara movilizar a sus simpatizantes para evitar la quiebra del partido, que de inmediato puso en marcha una «gran suscripción nacional». «No estamos lejos del millón de euros», dijo ayer Guillaume Peltier, vicepresidente de la UMP, refiriéndose exclusivamente a lo recaudado por internet, ya que precisó que esa cantidad no incluía las donaciones en cheques llegadas a la sede del partido. Según AFP, que cita fuentes de la formación, el domingo se habían recogido ya más de dos millones de euros.
Horizonte judicial
También a través de Twitter, Sarkozy reiteró su oferta de que se puede contar con él «cada vez que sea necesario».
Lo que parece claro es que no tomará una decisión, o al menos no la hará pública hasta que se aclare su horizonte judicial.
En el «caso Bettencourt», la Fiscalía le acusa de haber cometido un abuso de debilidad sobre la heredera de L'Oréal para financiar su campaña de 2007.
Pero hay otras cuestiones que suponen una amenaza, al menos políticamente.
La investigación sobre la decisión del Estado de recurrir al arbitraje en el «caso Tapie/Credit Lyonnais», que acabó con la concesión de 400 millones de euros a hombres de negocios, se acerca a sus colaboradores más próximos después de que varios estén siendo investigados por «fraude en banda organizada».
Además, otros jueces están investigando sobre las acusaciones de financiación por parte del régimen libio de Muamar Gadafi de su campaña electoral de 2007 o sobre la regularidad de muchas encuestas encargadas durante su mandato.
Poco después de llegar a la reunión de la UMP, y también a través de Twitter, Sarkozy defendió la unidad del partido porque «toda división es inaceptable». Subrayó, asimismo, la necesidad de preservar «el ideal europeo» como algo que es para «cada uno de nosotros una obligación» y opinó que hay «algo de indecente en hablar de la cita presidencial (de 2017) cuando los franceses sufren».
Después de ocho años de instrucción y un mes de juicio, el Tribunal Correccional de París anunció ayer la absolución de todos los imputados por el llamado caso del «petróleo por alimentos», sobre el presunto cobro de comisiones para violar el embargo impuesto al Irak de Saddam Hussein tras la invasión de Kuwait en 1990. La Fiscalía tiene diez días para apelar.
La justicia francesa investigaba si varias personalidades, entre ellas el exministro francés del Interior Charles Pasqua o el actual presidente de la petrolera Total, Christophe de Margerie, se beneficiaron del cobro de comisiones y rompieron el embargo a Bagdad.
El Tribunal estimó que no hubo delito de corrupción, tráfico de influencias o abuso de bienes sociales, los cargos presentados contra los acusados.
En total, 18 personalidades se sentaron entre enero y febrero en el banquillo, entre ellos exdiplomáticos como el que fuera embajador francés ante la ONU Jean-Bernard Mérimée.
Todos eran sospechosos de haber cobrado comisiones de Bagdad por interceder para levantar las sanciones.
Ante la difícil situación que vivía entonces Irak, la ONU suavizó el embargo a mediados de los 90 del pasado siglo y permitió la venta de parte de la producción de crudo para comprar productos básicos.
Pero una comisión de investigación de la ONU concluyó que se habían desviado hasta 1.800 millones de dólares y apuntaba a 2.200 empresas en 66 países.
En el Estado francés, que mantuvo un intenso contacto diplomático con el régimen de Hussein, las acusaciones se referían a delitos de «tráfico de influencias pasivo» y «corrupción de agentes públicos extranjeros». GARA
Un reciente sondeo indicó que seis de cada diez franceses son contrarios a que Sarkozy sea candidato en las elecciones de 2017 y el mismo porcentaje cree que planea disputar esos comicios. Entre los simpatizantes de la derecha, siete de cada diez quieren que lo haga.
