Nueve personas murieron y 22 resultaron heridas, seis de ellas de gravedad -cuatro, muy graves-, al volcar un autobús de línea a las 8.45 en la N-403, en Tornadizos, a seis kilómetros de la capital abulense. Las autoridades precisaron que el conductor, que fue detenido tras reconocer haberse quedado dormido, perdió el control y se salió de la calzada por causas que se desconocen y se están investigando, pero alguno de los supervivientes relató a Efe que el chófer iba «pasado de velocidad».

En el autocar de la empresa Cevesa, que cubría la ruta entre Serranillos y Ávila, con todos los papeles en regla, viajaban una treintena de pasajeros, además del conductor, que resultó ileso.

La mayoría de los ocupantes viajaba en la parte derecha del autocar, la más afectada por el impacto, lo que provocó, según el delegado del Gobierno español el Castilla-La Mancha, Ramiro Ruiz Medrano, que varias de las víctimas salieran «despedidas» y fueran «aplastadas» por el vehículo, que no llegó a volcar totalmente, parado por el guardarraíl.

Una niña de 7 años, una joven de 17, un hombre de 30 y una anciana de 91 se encuentran en estado muy grave.