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Con dos millones se pueden salvar dos equipos con los presupuestos anteriores

El futuro de 29 de los 47 ciclistas profesionales vascos y de la treintena de personas que trabajan en los conjuntos Euskaltel Euskadi y Fundación Euskadi dependen de la continuidad de estos dos equipos, que necesitarían solo dos millones si tuvieran los presupuestos del año pasado.

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Joseba ITURRIA

El ciclismo vasco es una especie en peligro de extinción por la crisis y por las características de un deporte que se disputa al aire libre en el que los aficionados de un equipo no pagan por verlo y los derechos televisivos no suponen ingresos para los participantes. Tanto los equipos ciclistas, aunque la Fundación Euskadi mantiene 1.600 de los 3.600 socios que llegó a tener, como las carreras dependen de patrocinadores e instituciones. En los últimos años han desaparecido buena parte de las pruebas ciclistas de Euskal Herria: Euskal Bizikleta, Laudio, Urkiola, Bizkaiko Bira, la Vuelta a Nafarroa se ha reducido a dos días y el futuro de la Euskal Herriko Itzulia y de la clásica de Donostia no es muy halagüeño y sus organizadores tendrían que sacrificar la clásica para salvar la viabilidad de su vuelta.

Pero nada comparable a lo que supondría la desaparición de los equipos que llevan el nombre de Euskadi por la ruta. El Euskaltel tiene a 19 de los 29 vascos presentes en el World Tour y el Euskadi a 10 de los 18 de los dos escalones inferiores. De esos 29 solo unos pocos seguirían en el profesionalismo y probablemente lo harían a costa de algunos de los otros 18 profesionales vascos, de los que once también han vestido de naranja.

Si Euskaltel el martes anunciaba que su equipo desaparecerá si no aparece un segundo patrocinador antes del 31 de agosto, Miguel Madariaga planteaba ayer a GARA sobre el futuro del Euskadi que «sigo trabajando a tope y la cosa está muy difícil. Si no tenemos apoyo institucional desapareceremos. Pero si cobramos la cantidad comprometida por la Diputación de Gipuzkoa con la Fundación en 2012, 550.000 euros, podremos seguir».

Solo seguirían Movistar y Caja Rural

Una hipotética desaparición de los dos equipos dejaría a Movistar y Caja Rural como únicas opciones porque el Burgos -el quinto equipo inscrito en la Española- no tiene vascos y el único del año pasado, Damien Branaa, denunció que no cumplía sus compromisos económicos. De los catorce inscritos en la Española en 2006 antes del inicio de la crisis, quedarían dos o tres. No solo se quedarían sin trabajo muchos de los profesionales y sin perspectivas de futuro los aficionados. 23 personas están en el staff o como auxiliares del Euskaltel y otros cinco en el equipo Euskadi.

Pero no parece tan grave el problema económico porque la empresa Euskaltel trasmitió su disposición a aportar un máximo de 3,5 millones de euros anuales y que su equipo ingresa otros dos por otros conceptos. Según señala Miguel Madariaga, el equipo World Tour tuvo un presupuesto de entre 6,8 y 6,9 millones en los tres últimos años bajo la dirección de la Fundación, que sirvió para formar un conjunto con el mínimo de corredores que marcaba la UCI, 23, que obtuvo mejores resultados. Euskaltel aportaba tres millones de ese presupuesto, que ha crecido este año a nueve.

El equipo Euskadi tiene un presupuesto de 400.000 euros, 100.000 menos de los 500.000 que asumía Orbea la pasada campaña al rebajar su plantilla a diez corredores y a pesar de que tiene que pagarse los gastos de desplazamiento y alojamiento en carreras para poder tener un mínimo de días de competición. Y ha obtenido más puestos en el Top 10 que nunca y repartidos entre más ciclistas.

Euskaltel tiene la licencia World Tour concedida hasta 2016, y ahora solo hay otros diecisiete equipos con opciones de serlo en 2014, por lo que no tiene que fichar puntos. La crisis y la falta de equipos provoca que los corredores valgan menos y si se desinfla el globo creado este año por menos de 7,5 millones se pueden mantener los dos conjuntos.

Movilizar a la sociedad e instituciones

El comunicado publicado en la web del Euskaltel Euskadi apuntaba que «la única forma de intentar garantizar la sostenibilidad del proyecto es conseguir un nuevo patrocinador» porque «la crisis ha impedido a las Instituciones seguir en el proyecto». Es raro que, si la situación es tan desesperada, los responsables del Euskaltel-Euskadi no hayan querido presionar a las instituciones porque parecería lo normal para salvar el proyecto si no hay garantías de encontrar un patrocinador. Porque si no hay ninguna firma decidida a hacerlo ya es difícil que aparezca a finales de julio y en el mes de agosto, donde los departamentos de marketing de las empresas importantes están de vacaciones y no toman decisiones.

Diversas personas del mundo ciclista barajaban ayer dos hipótesis tras el comunicado de Euskaltel. Una apuntaba que ya tiene la continuidad asegurada con un nuevo sponsor al que se pretende presentar ante la sociedad como salvador y otra que se haya arrojado la toalla ante el fracaso de las gestiones, aunque los responsables del equipo rechazan esas dos teorías y sostienen que no tienen nada asegurado y lo buscan con toda su energía.

Por eso, si realmente a día de hoy los responsables del equipo sienten que el futuro del equipo corre peligro porque no tiene un patrocinador, la única salida es la movilización a las instituciones y a la sociedad vasca. Mientras los clubes de fútbol vascos crean Fundaciones para justificar el apoyo institucional al deporte de base que sustentan, el nuevo proyecto rompió con la primera que se creó en el ciclismo vasco, que sostuvo una estructura desde la base hasta el World Tour. Quizás recuperar esa fórmula es la solución y quizás hay que movilizar a la sociedad vasca para que se hagan socios de esa Fundación. Cuando se vio la necesidad del apoyo eran 3.600 socios los que aportaban 400.000 euros. Lo que no puede suceder es que por dos millones se muera el ciclismo vasco.

Mikel Astarloza señalaba ayer en «Berria» que «se gasta mucho dinero, por ejemplo en el TAV en un proyecto que no tiene ningún sentido y eso es una gran barbaridad porque hay otras necesidades. Hay prioridades antes que el proyecto de Euskaltel-Euskadi. Pero los dirigentes deciden cuánto dinero y dónde lo meten y, aunque en el fútbol y en el baloncesto se mueve mucho dinero público, no quieren hacer lo mismo en el ciclismo».

Lo que es malo es que la incertidumbre sobre el equipo sea el tema de actualidad en un Tour en el que los corredores naranjas han respondido bien y les molesta que se hable de estas cosas. Valga como ejemplo lo que escribió Oroz después de estar fugado el martes: «Cansado de leer tonterías sobre el equipo. A mí me han enseñado a implicarme en lo que hago y si quieres algo a luchar por ello al 100%. Así implicaros a tope en lo que hagáis y en el futuro no vendrán lamentaciones».

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