Al menos siete personas murieron ayer, según confirmó el Ministerio francés de Interior, y decenas personas resultaron heridas, algunas de ellas muy graves, tras descarrilar un tren en la localidad de Brétigny sur Orge, al sur de París. El descarrilamiento del convoy, en el que viajaban 370 personas, tuvo lugar sobre las 17.00.

«El tren ha llegado a la estación -donde, al parecer, no debía detenerse- a alta velocidad y se ha partido en dos por razones aún desconocidas. Una parte siguió en marcha, mientras que varios vagones desacrrilaron a un lado del andén», explicaron fuentes policiales a France Presse. El tren cubría el recorrido entre París y Limoges.

«Estaba en el vagón 5, el tren estaba lleno. Cuando se aproximaba a la estación, tuvimos la sensación de que el tren empezó a botar durante un minuto más o menos, y después descarriló. Mi vagón, en la parte delantera del tren, permaneció sobre los raíles pero los vagones de detrás descarrilaron», relató a France Presse Jérome Galichon, un pasajero.

El presidente de la compañía ferroviaria francesa SNCF, Guillaume Pepy, calificó lo sucedidó de «catástrofe ferroviaria» e indicó que el descarrilamiento se produjo a partir del tercer vagón, cuando el ferrocarril atravesaba la estación de Bretigny sur Orge.