liberte | Editorial 2013/7/9 (Traducción: GARA)
Lo peor
¿El futuro de la primavera árabe se juega en El Cairo? A la luz de los disparos delante de la Guardia Republicana y el llamamiento a un levantamiento de los Hermanos Musulmanes, Egipto parece más cerca del caos político que de una salida a la crisis.
(...) Pero lo que sucede en El Cairo es sólo el comienzo de una lenta desintegración de los sueños de Occidente y las monarquías del Golfo para asegurarse el petróleo de los reinos y proporcionar una especie de paz social en las sociedades árabes para que el negocio continúe e Israel sea protegida. (...).
Porque más allá, la debacle, la berézina es total. Libia, después de ser el modelo a seguir, se ha convertido en el patio de recreo de las milicias salafistas. Siria no ha abdicado ante los golpes de las legiones islamistas de Al Qaeda. Bahrein sigue en ebullición a pesar del apagón informativo de Al-Jazeera y Yemen ya está sumida en una guerra tribal.
Ningún país en el mundo árabe, más si se añade el mosaico étnico y comunitario en que se ha convertido Irak, otro invento americano, está a salvo de la insaciabilidad y el caos. Y ello, gracias a los estrategas de lo peor.