Más de cuatrocientos policías británicos fueron enviados ayer a la ciudad norirlandesa de Belfast tras los incidentes protagonizados el viernes por la noche por unionistas que se enfrentaron a la Policía, en respuesta a la prohibición de una marcha de la Orden de Orange por el importante barrio nacionalista de Ardoyne.

Unos 600 agentes adicionales habían sido desplegados en el norte de Irlanda en los últimos días por este motivo.

En los enfrentamientos resultaron heridos el diputado unionista Nigel Dodds, del DUP, y una treintena de agentes. El jefe de la Policía norirlandesa, Matt Baggott, tildó de «vergonzoso y lamentable» lo ocurrido y criticó a los líderes de la Orden de Orange que convocaron protestas contra la prohibición.