Con la resaca sanferminera llegan las valoraciones de los distintos partidos políticos, y Enrique Maya hizo una valoración positiva de las fiestas, «con aspectos negativos como el intento de boicot al txupinazo», en alusión a la colocación de la ikurriña.

Preguntado por las agresiones sexistas, el alcalde de la capital navarra apuntó que «ha habido ocho denuncias, pero no en el ámbito festivo, sino en el del hogar». En cuanto a las imágenes que año tras año se repiten en la plaza Consistorial, donde se producen, sin ningún tipo de medida, agresiones contra la libertad sexual, aclaró que «dan una mala imagen de las fiestas» y que los medios de comunicación deberían dar otra más positiva de la ciudad. María Caballero, sentada entre los periodistas, apuntó que no son agresiones sexuales y lanzó que «¿para qué se suben a los hombros?»

En este sentido, Bildu se mostró indignado ante la actitud del Ayuntamiento de Iruñea: «Nos parece vergonzoso su silencio ante todo tipo de agresiones y que oculten información». Del mismo modo, también respondieron a las acusaciones que desde UPN les llegaron con la colocación de la ikurriña: «La Ley de Símbolos de 2003 proscribe, por imposición sectaria del nacionalismo español, este símbolo legal, legítimo y sentido como propio por miles de navarros». Por ello, quisieron celebrar esta iniciativa.

Depués de lo ocurrido en el txupinazo, denunciaron haber sido «acusados gratuitamente e insultados». En este sentido, exigieron disculpas públicas por parte de UPN hacia ellos y sus invitados del día 6. Tampoco olvidaron lo ocurrido en Chapitela: «Es lamentable que el Gobierno de UPN utilice a la Policía Municipal no para evitar y castigar vejaciones contra la mujeres, sino para requisar ikurriñas y agredir a quienes las portan». Entre los agredidos se encontraba el portavoz de Sortu Txelui Moreno, quien tuvo que ser atendido por una brecha en la cabeza tras tratar de mediar con un mando.

El grupo de Nafarroa Bai, por su parte, quiso remarcar el buen funcionamiento general de las fiestas, destacando la participación en los actos programados. Pero no olvidó aspectos negativos como las agresiones sexistas «contra las que hay que empezar a trabajar ya».