El líder del Tour, Chris Froome, su equipo, el Sky, y hasta uno de sus principales rivales, Alberto Contador, no escondieron ayer su exasperación al ver cuestionados los logros del británico al día siguiente de su impresionante victoria en la mitíca cima del Mont Ventoux.

La rueda de prensa ofrecida por la mañana en el hotel del Sky duró poco más de un cuarto de hora, y las seis primeras preguntas de las diez que se le formularon a Froome y al manager del equipo Dave Brailsford fueron referidas al dopaje. Rápidamente, una inhabitual irritación se reflejó en la casi siempre sonriente cara de Froome.

Cuando un periodista le preguntó por qué se había sentido ofendido al ser comparado con Lance Armstrong y su triunfo en el Ventoux, Froome le corrigió inmediatamente. «Jamás dije que me había sentido ofendido, dije que lo tomaba como un cumplido porque ganó estas carreras. Una vez dicho eso, compararme con Lance... él hizo trampas, yo no hago trampas. Punto final», replicó el británico, con calma pero con firmeza.

«Sé mejor que nadie que me he entrenado extremadamente duro para llegar aquí. Sé que todos mis resultados son fruto de mi determinación. Tengo el apoyo de un equipo fantástico. Es la consecuencia de todo eso junto. La gente puede hablar de otras cosas, yo no puedo, no sé nada sobre eso. Sé lo que hice y estoy orgulloso de ello», aseguró apenas un minuto antes.

«Me parece triste estar sentado aquí al día siguiente de la victoria más grande de mi carrera y tener que hablar de dopaje. Mis compañeros de equipo y yo mismo hemos pasado semanas lejos de nuestras casas, entrenándonos, matándonos en el trabajo... Y me acusan de ser un tramposo y un mentiroso, esto no es agradable», insistió.

«Nos devanamos los sesos»

Dave Brailsford también mostró su exasperación frente a las continuas preguntas sobre dopaje desde que comenzara el Tour. Interrogado otra vez sobre el tema, sentenció lo siguiente: «Básicamente, usted me pide que le demuestre que no nos drogamos. Todos ustedes plantean siempre la misma pregunta. Nos devanamos los sesos cada día, buscando la manera óptima para demostrarles que no nos drogamos».

«La última moda son los datos de potencia: encontrar, comparar e interpretar esas cifras para demostrar que nos drogamos. A la gente le gustaría que se hicieran públicos nuestros datos. No pienso que difundirlos tal cual sea la mejor fórmula», estimó en alusión al libro publicado recientemente por Antoine Vayer, entrenador del Festina entre 1995 y 1998.

Brailsford apostó por seguir profundizando en el uso del pasaporte biológico, instrumento aplicado en 2009. «Teóricamente, el pasaporte biológico no refleja solo los datos sanguíneos, sino también el peso, la potencia... Da el retrato completo de un individuo», subrayó. «Podríamos animar a la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) a que viniera a vivir con nosotros, a mirar nuestros datos, a tener acceso a todos los expedientes de entrenamiento, compararlos con los resultados sanguíneos, con el peso, todos los datos que pudiera tener en su registro... La AMA sería una buena instancia para reunir la información y decir al mundo si es creíble o no».

«¿Y por qué no se reúnen ustedes (los periodistas), reflexionan y me dicen lo que podríamos hacer para que no tenga que responder más a estas cuestiones?», repreguntó Brailsford. «Visto lo que sucedió con Armstrong, ahora con el atletismo, pienso que aplicar las antiguas maneras de pensar no es una solución -afirmó-. Las nuevas maneras de pensar podrían ser el medio para avanzar».

«No tengo por qué dudar»

Alberto Contador, ajeno a la desconfianza reflejada en la comparecencia matinal de Froome, también se mostró molesto por una pregunta relacionada con el dopaje. «Sobre dopaje permito dos preguntas, no más, si hay más me voy a descansar, que quede claro. Yo no dudo de la forma de Froome, ¿por qué he de hacerlo? Es un profesional, lleva todo el año a un gran nivel, sus resultados son fruto de su trabajo. Está a un gran nivel, lo hace de forma totalmente limpia, y además para eso están los controles», sentenció.

Ante la semana decisiva, Contador admitió la superioridad de Froome, aunque aún guarda cartas tácticas. «El objetivo inicial era ganar. Ahora el líder está a un nivel superior y en un tú a tú no se le puede batir, pero la semana es muy exigente y tácticamente hay más opciones, con puertos encadenados. Ser segundo o décimo no es importante para mí», dijo sin desvelar en qué etapa está pensando.