Un ciclista por necesidad que aspira al podio, a una etapa y al maillot blanco
Nairo Quintana, la revelación del Tour, es ciclista por la necesidad de su familia, que invirtió 20 euros en su primera bicicleta porque no podía pagar el autobús al colegio de todos sus hijos. Así se forjó una estrella que quiere subir al podio de París y aspira a ganar el Tour en un par de años.
Joseba ITURRIA
La necesidad fue la universidad de Nairo Quintana en el mundo del ciclismo. Su familia no podía asumir el coste del autobús de todos los hijos desde Cómbita, donde vivía, a la escuela de Atauco, dieciséis kilómetros de bajada en la ida y de subida en la vuelta para llegar a su casa, situada a 2.825 metros de altitud. Uno no podía ir en autobús y le compraron la bici cuando tenía 14 años por 26 dólares, 20 euros, el día anterior de empezar al colegio. Aprendió a andar en un día y al siguiente ya fue y volvió de la escuela. En el viaje de vuelta era capaz de aguantar con su mountain bike, su mochila con los libros y sus zapatillas a los profesionales que se entrenaban en la zona. Su padre hizo un esfuerzo para conseguir otra bicicleta para que pudiera competir y demostrar su nivel y pagarse con los premios los gastos que provocaba su participación en las carreras y el tiempo le enseñaría que la bicicleta que le compraron por necesidad sacaría a su familia de la pobreza.
Con 19 años ya pasó a profesionales desde juveniles con el Boyacá es para Vivirla de Vicente Belda. Dio unos datos tan buenos en la prueba de esfuerzo que le pidieron que la repitiera porque pensaban que había un error. Ese mismo año ya fue séptimo en Urkiola. Su primera gran victoria llegó la temporada siguiente, al ganar las dos últimas etapas y el Tour del Porvenir. Entregó el dinero que le dieron como premio a su padre, para que dejara el trabajo de venta ambulante de frutas al que se dedicaba toda la familia tras las graves secuelas que le dejó un accidente de tráfico. Siguió un año más en el Colombia es Pasión, con el que ganó la montaña en su debut en una prueba World Tour en la Volta, y la temporada pasada fichó por el Movistar.
En su año y medio en el equipo navarro ha ganado una etapa y la general en la Vuelta a Murcia, Ruta del Sur y la Euskal Herriko Itzulia y etapas en Dauphiné, Giro de Emilia y Volta. No estaba en su calendario la ronda vasca, pero su estado de forma era tan bueno que la corrió y la ganó antes de irse a preparar en su casa el Tour durante dos meses a sus 2.800 metros de altura con la seguridad de que solo iba a entrenarse a la perfección.
Lo ha demostrado en las dos primeras semanas y quiere confirmarlo en la tercera, en la que peleará por ganar una etapa, el maillot blanco y por acabar entre los tres primeros de la general. A pesar de que está segundo en la clasificación de la montaña, Quintana señalaba en el Mont Ventoux que «este maillot no me interesa y además Froome tiene muchos puntos. Lo que quiero es mantener este maillot blanco y subir al podio de París. Las dos cosas».
A un minuto del podio
El colombiano se encuentra a 1:22 de Alberto Contador y a 1:33 de Mollema y con toda la dureza que espera en los Alpes no es nada descabellado pensar que puede acabar en el segundo cajón de París, aunque ayer al atender a los medios en Avignon tras una suave sesión de entrenamiento no incidió en la lucha por el podio: «Mi equipo está contento con lo que he hecho hasta ahora y no me pone presión. Vamos a ir día a día a ver cómo va respondiendo mi cuerpo. Entienden mis directores que soy joven y puedo tener un día malo o no tenerlo, pero que no tenga presión, que vaya con tranquilidad y haga lo que pueda», señalaba el ciclista colombiano.
Se marcaba los objetivos de «poder mantener la camiseta blanca y posiblemente buscar alguna victoria de etapa, aguantar y ya veremos si hay alguna posibilidad y me siento bien para poder recuperar tiempo. Hay cansancio en las piernas, han sido quince días de muchísima intensidad y por lo menos espero poder mantenerme».
Confía en Movistar: «Es lo que hicimos en el Ventoux y vamos a hacer el resto de días. El equipo ha trabajado para mí, me han dejado a pie de puerto bien colocado y en buenas condiciones y espero seguir así. Quiero recuperar y mirar más adelante si hay fuerzas para seguir atacando o, por lo menos, para mantenernos donde estamos».
Nairo Quintana se mostró correcto en el Mont Ventoux al entender que Froome acelerara para ganar la etapa a pesar de que le había puesto el anzuelo de la etapa para que le diera relevos. Ayer era más claro al afirmar que «me decía que si aguantaba con él ganaría la etapa, pero sabía que me iba a atacar porque cada relevo que me daba era para dejarme».
Sobre el nivel del inglés señalaba que «en ninguna carrera en mi vida había visto subir así a nadie, con tanta facilidad. Estaba muy fuerte, era imposible seguir más su rueda. Le aguanté bastante». Admitía que no se puede plantear derrotarle este año porque «está muy fuerte. Su equipo no va al nivel que pensábamos, pero él sí está muy fuerte y, por mi parte, creo que es difícil».
Sí se marcaba el objetivo de ganar el Tour en un futuro no muy lejano: «Ahora es muy difícil porque hemos visto que está muy fuerte, pero posiblemente dentro de un par de años estaré a un mejor nivel». Joseba ITURRIA