Obama pide calma a las protestas por la muerte del joven negro Martin
Barack Obama, el primer presidente negro de la historia de EEUU, ha llamado a respetar, en nombre del Estado de Derecho, la absolución de un vigilante armado acusado de matar de un disparo a un joven de su mismo color de piel en Florida. Las protestas por la muerte de Trayvon Martin, que denuncian la pervivencia del racismo, además armado, se han extendido a las principales ciudades de EEUU.
GARA | NUEVA YORK
Miles de personas salieron por segundo día consecutivo a las calles de muchas ciudades y localidades de EEUU para protestar por la controvertida absolución del guardia voluntario de seguridad George Zimmerman después de que matara hace más de un año a un joven negro en Florida. El presidente, Barack Obama, llamó a la calma.
Trayvon Martin, un adolescente de 17 años de edad, murió tiroteado en febrero de 2012 por Zimmerman, de 29 años. que fue considerado inocente por un jurado de seis mujeres, cinco blancas y una última hispana, como el propio acusado, en Sanford, Florida. El fallo da la razón a la defensa, que insistió en alegar «legítima defensa».
El domingo se repitieron manifestaciones en San Francisco, Boston y Chicago. En Los Ángeles, una marcha controlada de cerca por un importante dispositivo policial terminó pacíficamente.
Sin salir de California, en Oakland, grupos de manifestantes se enfrentaron a la represión policial y los choques derivaron en daños en vehículos y en escaparates de establecimientos.
También se registraron marchas espontáneas en la capital federal, Washington, en Filadelfia (este), Atlanta (sureste) y en Tallahassee (Florida).
La manifestación más numerosa tuvo lugar en Nueva York. Miles y miles de indignados se reunieron en Union Square y avanzaron por la Sexta Avenida hasta Times Square bajo fuerte presencia policial.
«No dispare, por favor»
Pese al calor, muchos manifestantes iban encapuchados en recuerdo de la víctima. «Estoy aterrada», narraba Calir Van Voorhis, una joven peluquera que participaba en la protesta.
A su lado, otro manifestante llevaba una camiseta con la leyenda: «Soy negro, no disparen, por favor». «Encarcelad a los racistas, no a los jóvenes negros», se leía en una pancarta.
«Tenemos un grave problema racial pero que se conjuga con otro problema con las armas de fuego», señalaba uno de los portavoces de la marcha, Rodney Rodriguez. «Si Zimmerman no hubiera tenido un arma, no habría podido matar a Trayvon Martin», recordó.
Ante la amplitud de las movilizaciones, el presidente de EEUU, Barack Obama, apeló a la calma y a aceptar el veredicto. «Sé que este caso ha suscitado intensas pasiones (...) pero somos un Estado de Derecho y un jurado ha hablado», señaló el primer presidente negro de la historia del país.
El inquilino de la Casa Blanca pidiò «a todos los americanos respetar los llamamientos a la reflexión y a la calma lanzados por dos padres que han perdido a su pequeño hijo». Obama puso el acento en la cuestión de las armas más que en el aún latente problema racial al asegurar que los estadounidenses deberían «preguntarse, tanto individualmente como en sociedad, cómo impedir futuras tragedias similares» a la de Florida. «Como ciudadanos, eso es un trabajo para todos nosotros. Esa es la manera de honrar a Trayvon Martin», concluyó.
Florida es el estado de la federación que cuenta con más personas armadas en proporción a sus habitantes.
El Departamento de Justicia aseguró que una investigación federal sobre el caso fue abierta el año pasado. «Fiscales federales determinarán si las pruebas revelan una violación de las leyes federales penales sobre los derechos civiles», señaló.
El problema no se circunscribe al juicio y a la sentencia. Pese a matar a Martin, Zimmerman tardó 6 semanas en ser detenido. Lo fue por presiones populares, mientras la Policía de arrogaba el papel de impartir justicia y justificaba su inacción alegando defensa propia.
Después de que el vigilante urbano George Zimmerman fuese absuelto el sábado de los cargos por haber dado muerte a un menor de raza negra, su hermano Robert ha declarado que el floridano «va a tener que mirar el resto de su vida por encima del hombro», en una entrevista a la CNN.
Robert Zimmerman señaló que su hermano «todavía está procesando el hecho de ser un hombre libre» y, ante las protestas, denunció que «hay gente que intenta controlar la ley en sus propias manos» por lo que «no respetarán el veredicto».
El abogado de Zimmerman, Don West, cargó contra los medios de comunicación por no respetar la presunción de inocencia y ha denunciado que la «persecución a George Zimmerman fue vergonzosa». George Zimmerman, vigilante urbano voluntario de 29 años y de origen hispano, ha sido absuelto de todos los cargos que se le imputaban después de que en febrero del año pasado matara a al joven de 17 años de raza negra, Trayvon Martin, de un disparo en Anford, en Florida. El vigilante, que declaró haber disparado al joven en defensa propia, podría haber sido condenado a cadena perpetua por homicidio de segundo grado y a hasta 30 años de prisión por homicidio involuntario.
Este caso ha reabierto el debate sobre la discriminación racial y el racismo, además de cuestionar la figura del vigilante voluntario que en algunos estados del sur está amparada por ley. Aunque el tribunal no informó sobre la composición étnica del jurado, la prensa informó de que estaba integrada por cinco mujeres blancas y una que parecía hispana. GARA
Dos peticiones ciudadanas a la Casa Blanca para que el Gobierno federal inicie un juicio civil contra Zimmerman buscan ya recoletar 100.000 firmas en un mes para forzar una respuesta.