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De las minas de carbón a ser el entrenador personal de Batman
Justo Diéguez ha revolucionado Hollywood con su método de combate Keysi. De Christian Bale a Daniel Craig pasando por Tom Cruise o los protagonistas de «Juego de tronos», son muchos los actores que preparan sus escenas de acción con este ex minero sevillano curtido en los ambientes de la lucha callejera.
Jaime IGLESIAS
La vida puede ser muy dura para un crío que, con apenas 14 años, tiene que comenzar a ganarse la vida en los rigores de una mina de carbón rodeado de gente que le dobla la edad, muchos de los cuáles son presos enviados allí desde las cárceles para penar sus condenas. Justo Diéguez llegó a Utrillas (Teruel) desde su Andalucía natal, junto a su familia, para trabajar en la limpieza de galerías de la mina. Los ratos que pasaba fuera de aquellos túneles, los invertía en idear estrategias de defensa y ataque para marcar su territorio en las frecuentes peleas callejeras que se sucedían en aquél entorno hostil: «Allí cualquier conflicto se solucionaba a palo limpio, no tuvo de pasar mucho tiempo para que sintiera la necesidad de huir de aquél ambiente y encontré una vía de escape en la filosofía de las artes marciales», confiesa. Esa necesidad se acentuó tras sufrir un terrible accidente en la mina que le tuvo varias horas sepultado junto a otros compañeros.
Sin embargo, el universo de las artes marciales tampoco terminó de llenarle: «En el gimnasio solo te enseñaban técnica y te hacían partícipe de un enfoque competitivo que, honestamente, viniendo de la calle, poco me aportaba». Cercano a la treintena puede que Justo aún no hubiera encontrado su lugar en el mundo, sin embargo, sí tenía claro lo que no quería. Intuitivo por naturaleza y con un bagaje vital a sus espaldas de los que imprimen carácter comenzó a idear su propio método de lucha, «creado en y para la calle y aprovechando los elementos que te rodean», según precisa. Nació así el Keysi al que siempre se ha resistido en denominar «sistema de combate»: «Un sistema es algo que tiene principio y fin, mientras que el método tiene inicio pero no fin, por eso siempre digo que Keysi es un método de lucha, no un sistema. Está basado en la explotación del instinto, no es una automatización de movimientos para saber pelear sino para saber reaccionar en situaciones de adversidad, para poder explotar tus propias habilidades aun en condiciones de inferioridad física. La clave es saber anticiparse en base a la confianza de cada quien en sí mismo».
El método que encontró una rápida difusión: «Cuando practicaba las artes marciales yo acudía a diferentes exhibiciones y cuando me vieron hacer ciertos movimientos que se salían de la norma comenzaron a preguntarme por ellos. Yo les explicaba el método que había desarrollado y poco a poco fue teniendo eco hasta que comenzaron a invitarme para impartir seminarios y fue así como el Keysi comenzó a ser practicado en diferentes países».
Uno de sus discípulos más aventajados, Buster Reeves, reconocido especialista de cine, habló del método Keysi a Christopher Nolan cuando éste se encontraba preparando el rodaje de «Batman Begins»: «Por lo visto el director estaba dándole vueltas al tema de las coreografías para las escenas de acción, quería probar algo nuevo, algo que no se hubiese visto antes y que encajara con el carácter innovador que pretendía darle al personaje. Entonces Buster le habló de nuestro método de lucha y nos invitaron a Londres. Quedaron tan impresionados con nuestra demostración, que lo que iba a ser una sesión de cinco minutos se prolongó ocho horas», recuerda entre risas Justo Diéguez. Fue su entrada triunfal en el mundo del cine, un universo en el que jamás se le había pasado por la cabeza llegar a trabajar: «Imagínate lo que es para un chaval que creció leyendo los cómics de la Marvel y de DC encontrarse metido en una historia de Batman». En aquél primer rodaje ya simultaneó su labor como especialista y coreógrafo de escenas de acción con su trabajo como entrenador personal: «La verdad es que las estrellas son gente muy disciplinada. En el set se entregan al cien por cien y mientras preparas con ellos las escenas de acción prestan una atención máxima da igual que les machaques una hora que tres. Saben que en esos pequeños detalles está la llave de que su trabajo funcione», comenta quien ya de entrada tuvo que trabajar codo con codo con Christian Bale y Liam Neeson. De ambos guarda un recuerdo fenomenal pero, sobre todo, evoca con pasión de fan su primer encuentro con Neeson: «Un actor que me dejó una emoción muy honda tras verlo en `La lista de Schindler'».
Tras este primer trabajo vendrían otros como «Munich», de Steven Spielberg, «Misión Imposible III», al lado de Tom Cruise, «Batman, el caballero oscuro», «Quantum of Solace» (de la franquicia James Bond» o, más recientemente «Juego de Tronos». Todos estos rodajes le han servido a Justo Diéguez no sólo para reciclarse profesionalmente sino para alcanzar la consideración de ser uno de los mejores coreógrafos y preparadores actuales de escenas de acción. Actualmente, junto al ya tradicional Programa General de Keysi, que venía impartiendo desde hace años, y al Programa Infantil de iniciación a su método de combate a través del juego, Justo Diéguez ofrece un curso intensivo de Keysi pensado para profesionales del sector cinematográfico: «En él instruimos sobre las habilidades precisas para hacer acción frente a la cámara: desde la biomecánica del personaje hasta el entrenamiento cuerpo a cuerpo, pasando por la coreografía y la lucha escénica aprovechando los distintos entornos», explica. Su idea es trasladar al Estado español todo lo aprendido en Hollywood.
Cuando se le pregunta acerca de su actual estatus como referente internacional en el ámbito de los especialistas de cine en las películas de acción, Justo Diéguez confiesa que «realmente me gustaría ser una referencia para todas aquellas personas que luchan por hacer realidad sus sueños. Si soy ejemplo de algo, únicamente es de perseverancia. Cuando uno cae, lo mejor que puede hacer es levantarse y persistir. No hay más secreto que ese». Lo dice quien habiéndose forjado en la reciedumbre de la mina y de las peleas callejeras, ha terminado por erigirse en personal trainer de Batman o de James Bond.
Sin embargo el glamour que desprenden estos héroes universales no parece impresionar a este andaluz endurecido por lo que él llama «las decepciones de la vida», quien dice preferir, con mucho, al Tío de la Vara: «Él es el verdadero héroe de nuestro tiempo y no sólo por su espíritu justiciero sino porque combate el mal despertándonos una sonrisa, algo que, tal y como están las cosas, se agradece mucho».