Raimundo Fitero
Diferido
Todo se va a ralentizar. Todo va a ser en diferido. Aunque suceda mañana. El pasado está corriendo más que el presente y resucitan los contables con sus libretitas cuadriculadas y sus recibís artesanos que culpan a mano. Marca TV, que parecía había sobrevivido, simplemente había retrasado su deceso un mes. Ya es oficial. Se acabó un espacio televisivo dedicado al fútbol y el boxeo. Una inversión fallida, un modelo fuera de circulación. Un canal, que hay que señalar precisamente ahora, es fruto de un acuerdo entre Mediapro y Unión Editorial, es decir entre Roures y Pedro Jota. Je, je, je.
Intereconomía anda boqueando, sin oxígeno, buscando charcas donde recuperarse, pero con un futuro muy incierto ya que debe dinero y no encuentra quien le apoye. Como su programa futbolero estrella «Punto Pelota», en el que Josep Pedrerol anda jugando a muchas bandas, negociando con varios canales, porque no ve claro que la cadena del toro enamorado del pasado tenga mucho que hacer en estos momentos tan convulsos en los que el estallido controlado, es un decir, del PP se va a llevar por delante medios de comunicación que se coloquen en el lugar inadecuado. «ABC», está claro, que es un medio orgánico del actual Gobierno y «La Razón», al menos su director, es uno de la banda disfrazado de tertuliano, porque ha estado muy cerca de todos los que ahora son carne de juzgado. El resto a verlas venir. Están apostando y si Rajoy acaba fuera, estos medios hoy afines se quedarán en la intemperie, sin apoyos institucionales a base de publicidades a chorro.
No quisiera ser oportunista ni añadir pena al declarado culpable de asesinato de sus hijos, el tal Bretón, pero su cara, sus ojos, me han parecido de la misma enjundia, patología, obsesión y fruto de una mentira contenida que los de Rajoy en varias fotos publicadas en los medios y en algunos planos televisivos. Unos ojos abiertos en exceso, como si llevara unos palillos incrustados para que no se cierren. No es buena cara para ir marcando el paso en diferido por sus sobresueldos. Delatan encubrimiento y mentira. Si los fiscales no intervienen que lo haga por prevención un siquiatra forense.