Chris Froome (Sky) se confirmó ayer como un líder sólido, pese a matizar que no compitió con el objetivo de ganar la etapa, y espera nuevos ataques en los Alpes. «He salido con la intención de no perder tiempo. No quería vaciarme, sino guardar fuerzas para las tres próximas etapas, que se presentan muy duras. Lo cierto es que esperaba perder entre 30 segundos y un minuto. Lo que marcó la diferencia fue mi cambio de bicicleta. Tenía una bicicleta más aerodinámica y he podido mover un gran desarrollo en el descenso. La decisión la tomé por la mañana, reconociendo el recorrido».

Al preguntarle si tenía la impresión de estar corriendo la Vuelta, solo contra españoles, el británico fue claro: «Yo creo que no. Si nos fijamos en la clasificación, hay un español detrás de mí. Pero luego hay un checo (Kreuziger), un holandés (Mollema) y un colombiano (Quintana). Sin embargo, seguro que los españoles continuarán atacándome. Eso es lo que me espero».

Respecto a las previsiones para hoy, al preguntarle si era partidario de recortar la etapa de Alpe d'Huez si hace mal tiempo, Froome señalaba que «sería triste. Una doble ascensión del Alpe d'Huez en la misma etapa es algo muy hermoso. Pero por encima de todo debe considerarse la seguridad de los corredores. Si llueve en ese momento, los organizadores deberían decidir realizar una sola ascensión. Sería una pena, repito, pero la seguridad de los ciclistas es prioritaria. El descenso (de Sarenne) es peligroso, el asfalto no es bueno. Pero si hay que hacerlo, no hay problema, estamos preparados. Las condiciones son las mismas para todo el mundo».

Alberto Contador (Saxo) valoraba su contrarreloj, que le llevó a la segunda plaza de la general: «Ha sido una pena, porque he hecho una buena contrarreloj, pero Froome está impresionante, tanto en los puertos como en la crono es el mejor. Hice lo que pude y levanté el pie en las curvas -añadía-. Después de la caída estoy mejor, pero siempre tienes más cuidado». Respecto a sus planes para hoy, solo dijo que «es una etapa bonita y lo voy a seguir intentando».

Contador consideró que la estrategia de no cambiar la bicicleta, a diferencia de la mayor parte de sus rivales, fue la adecuada. «A fin de cuentas, era difícil hacerlo mejor. Mi mecánico, Faustino, es una máquina y me ha preparado una maravilla -subrayó-. Hacerme con el segundo puesto no cambia mucho en mi mente, porque la ambición es subir a lo más alto del podio. Lo más importante es tener buenas sensaciones, es una buena señal para los próximos días. Quedan tres etapas duras. Siendo segundo será más fácil atacar al primero, aunque Froome está muy fuerte. Me siento cada día mejor y puedo contar con un equipo que me va a ayudar», concluía el madrileño.

Bauke Mollema (Belkin) no ponía excusas, «he tenido un día muy malo. Desde el principio me di cuenta de que las piernas no me respondían como yo quería, como necesitaba en un día tan importante». El holandés pudo terminar aún peor, pues en una curva mal trazada se fue contra una valla y estuvo a punto de caer. «Entré rápido en la curva y frené demasiado tarde. Una pena, porque ahí perdí cinco o seis segundos».

Nairo Quintana (Movistar) se mostró satisfecho y listo para afrontar el Alpe d'Huez, «Era una prueba que me favorecía más que la otra contrarreloj. En la subida he estado bien y me he defendido en la bajada. No he perdido mucho tiempo y he logrado distanciar a Kwiatkowski, mi rival por el maillot blanco».