El pasado lunes Confebask mostraba su «estupefacción» porque el Parlamento de Gasteiz hubiera decidido reunir a su Diputación Permanente con el fin de debatir la propuesta de EH Bildu para hacer frente a la reforma laboral y mantener el marco actual de negociación colectiva; y ayer, pasada la sesión, la patronal daba cuenta de su satisfacción porque, como había pedido en su nota, se había impuesto el «buen criterio» y la «responsabilidad».

Después de que Confebask diera la espalda incluso a la propuesta realizada por el lehendakari, hubo un momento en el que pareció que hasta el PNV se revolvía contra la patronal. El PSE, por su parte, incluía en su enmienda para ayer una denuncia de la actuación de la asociación empresarial. Pero llegada la hora de la verdad, el «sentido común» de los patronos se impuso también en el Parlamento.

Se entró en la reunión de la Diputación Permanente con una propuesta de EH Bildu para denunciar el rechazo de Confebask a la propuesta de la mayoría sindical y del lehendakari, y se salió con una acuerdo de PNV, PSE y UPyD que ni menciona a la patronal e «insta a los negociadores de los convenios» a prorrogar hasta el 31 de diciembre los convenios vencidos, como paréntesis para buscar nuevos acuerdos.

Reparto de responsabilidades

La Diputación Permanente -órgano que sustituye al Pleno en los periodos ihábiles- aprobó la enmienda transaccional presentada por PNV, PSE y UPyD. Los jeltzales consiguieron que en el nuevo texto se dejaran de lado las críticas a Confebask que incluía la enmienda del PSE, o el llamamiento específico a los empresarios para «no abusar» de la posición de fuerza que les otorga la reforma laboral, que proponía UPyD.

EH Bildu criticó que el texto aprobado sitúa en el mismo plano de responsabilidad a quienes estos días están remitiendo cartas anunciando a los trabajadores la pérdida de sus derechos y sus sueldos, y a quienes las están recibiendo. Dani Maeztu fue contundente al denunciar que «esta equidistancia es ser cómplice» con la práctica que desarrolla la patronal.

Desde el PSE, Txarli Prieto justificó la retirada de las críticas a Confebask en la necesidad de lograr un acuerdo. «Preferimos los puentes -dijo- a mantener la razón propia. Teníamos una propuesta que iba más allá, pero la transacción es el espacio posible».

Aseguró que «no instamos por igual» y quiso hacer ver que su exigencia era mayor con una patronal que «no se corta un pelo al pedir a la política» y ahora «la política le dice a Confebask que tiene que mover ficha». Pero las veces que el PSE criticó a la patronal, a renglón seguido lo hizo también a ELA.

El PNV optó por un perfil bajo en las intervenciones. Joseba Egibar apuntó que su preocupación era que la sesión pudiera dar algún fruto productivo, y señaló que entendía que el acuerdo alcanzado ofrece una «oportunidad» a las partes ya que plantea «ganar tiempo hasta 31 diciembre». El portavoz jeltzale aseguró que no quería «entrar en un concurso de denuncias a Confebask», porque entendía que también los sindicatos tenían sus responsabilidad.

La propuesta aprobada insiste en el rechazo ya conocido de la Cámara autonómica a la reforma laboral del Gobierno de Rajoy e insta a Lakua a «mantener la iniciativa a favor de un diálogo social», para «impedir que el fin de la vigencia de los convenios suponga el fin de los derechos de los trabajadores».

Licitaciones públicas

El acuerdo también «insta al Gobierno vasco a que en los pliegos de condiciones de los concursos públicos que vaya a licitar, se valore positivamente el hecho de que las condiciones laborales del personal de las empresas concurrentes estén reguladas en base a un convenio colectivo».

Este punto recoge la idea de la iniciativa aprobada recientemente por las Juntas Generales de Gipuzkoa y se incluía en la enmienda del PSE, pero la rebaja notablemente, excluyendo obligaciones o posibles sanciones.

La enmienda transaccional fue aprobada con el voto favorable de los proponentes y la oposición del PP. EH Bildu votó en contra del primer punto -como muestra de rechazo a la equidistancia que denunciaba- y se abstuvo en el resto.

El debate

Dani Maeztu, del grupo de EH Bildu, abrió el debate señalando que lo que estaba en juego era hacer política para la mayoría de trabajadores o para la minoría de Confebask que defiende los privile- gios de las élites económicas. Resaltó que lo que está en juego no es la relación entre patronos y obreros, sino la precarización absoluta de los derechos adquiridos.

Desde el PP, Antón Damborenea criticó la propia convocatoria urgente de la Diputación Permanente para «descalificar a los empresarios vascos». A su entender, esto ya se ha hecho en junio y en mayo, y se puede hacer el setiembre y octubre. Para el PP, la culpa de lo que ocurre es de los sindicatos vascos, «porque en el resto de España estas cosas no pasan».

Tanto PSE como PNV defendieron la convocatoria del debate. Txarli Prieto aprovechó para cargar contra la reforma laboral del PP, mientras que Joseba Egibar aseguró que no esperaba que se pudiera llegar a la situación a la que se ha llegado. Dijo que no sabía si lo acordado solucionaría algo «pero al menos abre una ventana».

Satisfacción de Confebask

Una vez finalizada la sesión, Confebask mostró su satisfacción porque frente a la propuesta de EH Bildu había prevalecido «el buen criterio y la racionalidad» en el texto aprobado finalmente. En declaraciones a Europa Press, la patronal valoró positivamente que se haya «ubicado la responsabilidad» de los acuerdos o desacuerdos «en los dos agentes que intervienen en la negociación colectiva y no solo en uno de ellos».

Algo más reticente es a que las licitaciones públicas favorezcan a quienes tengan convenio. Confebask señala que no se debe «castigar» a empresas porque haya sindicatos como LAB y ELA que no quieran firmar.