El mundo celebra su mejoría en el 95 cumpleaños de Mandela
Por primera vez desde el 23 de junio la Presidencia de Sudáfrica no emplea el término «crítico» para referirse al estado de salud del exmandatario Nelson Mandela, que celebró ayer con su familia su 95 cumpleaños en el hospital en el que sigue ingresado. Millones de sudrafricanos celebraron su mejoría y aniversario y, en un ambiente de civismo festivo, dedicaron 67 minutos a trabajo social o comunitario, en homenaje a los 67 años que Madiba dedicó a la lucha contra el apartheid.
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Después de registrar una mejoría tras haber permanecido al borde de la muerte, Nelson Mandela celebró ayer, en una cama del hospital de Pretoria donde permanece ingresado desde el 8 de junio, su 95 cumpleaños rodeado de su familia y con un almuerzo tradicional.
El expresidente y líder antiapartheid fue visitado por el actual mandatario, Jacob Zuma, quien indicó que «sigue respondiendo bien al tratamiento y su progreso es alentador». Zuma señaló que «cuando lo he visitado me ha parecido muy estabilizado, le he deseado `feliz cumpleaños' y ha sido capaz de sonreír».
En un comunicado previo a su visita, informó de que Mandela, a quien definió como «el padre fundador de la nación y primer presidente de una Sudáfrica democrática unida», está mejorando «a un ritmo constante», aunque no dio detalles sobre la mejora ni precisó si su estado ha variado.
También recibió la visita de la ministra sudafricana de Defensa, Nosiviwe Mapisa-Nqakula, quien declaró que «abre los ojos y gesticula con la cabeza», como signo de su mejoría, aunque sigue en estado muy grave debido a un empeoramiento de la infección pulmonar que padece y cuyo origen está en los años de prisión que pasó en Robben Island.
Numerosos ciudadanos se acercaron al Medi-Clinic Heart Hospital, a cuyas puertas dejaron tarjetas de felicitación y ramos de flores. La dedicatoria más sonora fue la de un grupo de alumnos de una escuela de Soshanguve, un barrio marginal al norte de Pretoria, que cantaron «Feliz cumpleaños a nuestro Mandela». «Él está con nosotros hoy. No pensábamos que viviría para ver este día», comentó a AFP la estudiante Agnes Shilowane. «Una vez más, Tata (papá, como le llaman los sudafricanos con respeto y cariño) ha demostrado ser un luchador».
67 minutos
Según una encuesta divulgada ayer, nueve de cada diez jóvenes de este país de 50 millones de habitantes tenían previsto dedicar en la jornada de ayer, Día Internacional de Nelson Mandela desde 2009, 67 minutos de su tiempo a prestar servicios a la comunidad.
A lo largo y ancho del país, escuelas iglesias y todo tipo de instituciones tenían planeados cientos de actos. La asistencia a los «sin techo», la limpieza de las calles y campos o la plantación de árboles eran las actividades más populares previstas.
Se trata de un homenaje a los 76 años que Mandela dedicó a la lucha contra el régimen del apartheid y a su compromiso con la defensa de los derechos humanos. Y se esperaba que fuera la edición más multitudinaria al coincidir con su delicado estado de salud, cuya evolución mantiene desde hace más de un mes en vilo a Sudáfrica y a millones de personas en todo el mundo.
Fuera de Sudáfrica, uno de los homenajes más destacados era el organizado en la sede neoyorquina de la ONU, que iba a celebrar una sesión especial para rendir tributo a Mandela y conmemorar el quincuagésimo aniversario del juicio en el que los tribunales del apartheid le condenaron a cadena perpetua.
El reconocimiento a Mandela llegó desde numerosos gobiernos de todo el mundo y diversos organismos supranacionales, pero entre las felicitaciones más destacadas figuraban la del arzobispo sudafricano Desmond Tutu, quien se refirió a Madiba como «un hombre extraordinario y un defensor incansable de los derechos humanos», y el del expresidente Frederick De Klerk, el último del apartheid y quien le liberó en 1990. De Klerk destacó «a través de su ejemplo y compromiso inquebrantable con la reconciliación nacional, todos los sudafricanos, independientemente de su raza o filiación política, pueden ahora considerarlo suyo» y recordó que la Presidencia de Mandela puso «las bases de la reconciliación nacional y la emergencia de una nueva nación diversa y vibrante».
Los homenajes y buenos deseos para el icono de la lucha contra el apartheid llegaron desde todos los puntos cardinales de Sudáfrica y de personas de todas las razas y condiciones, confirmando una vez más la admiración casi unánime que despierta su inmensa figura.
La empresa gestora del aeropuerto de Ciudad del Cabo envió a 67 adolescentes de barrios pobres a dormir en la antigua isla-prisión de Robben Island para que los jóvenes se acerquen a los 27 años de cautiverio que Mandela pasó en ese lugar.