La UPV recibe 32 peticiones para poder aplazar el pago de la matrícula
Hasta 32 estudiantes de la UPV han solicitado ayuda para aplazar el pago de la matrícula del curso al sufrir dificultades económicas. El rector Iñaki Goirizelaia informó ayer de ello al Consejo de Gobierno, dando a conocer que 18 de esas peticiones ya han sido aceptadas.
GARA |
En mayo, la UPV constituyó por primera vez un fondo social para el pago de la matrícula. La decisión de crearlo tiene su origen en las consecuencias de la crisis, ya que hay estudiantes con grandes dificultades para afrontar ese desembolso.
Para optar a esas ayudas, los solicitantes debían haber sufrido cambios sustanciales en su situación económica tras el inicio del curso y además no haber solicitado ningún tipo de beca o similar para ese periodo. En los requisitos se incluía el de no poseer un título universitario, salvo en el caso de que estuvieran cursando estudios de adaptación a grado o alguno de los másteres que habilitan para el ejercicio de la profesión.
A esa convocatoria extraordinaria, cuya plazo de solicitud finalizó el 10 de julio, se presentaron 32 peticiones, según dio ayer a conocer el rector en el Consejo de Gobierno. Iñaki Goirizelaia desveló que la comisión evaluadora había dado el visto bueno a 18, quedando otras catorce pendientes de resolución, por diversos motivos.
El importe de la ayuda será el total de la cantidad pendiente de pago de la matrícula del curso 2012-2013 y deberá ser reintegrada en metálico, en la forma que se acuerde con la persona beneficiaria. Sin embargo, si la precariedad económica del alumno es extrema, también se prevé que una parte pueda ser devuelta mediante el desarrollo de otras actividades en favor de la universidad.
Goirizelaia desveló que la cantidad adeudada en concepto de matrícula por esos 32 solicitantes asciende a 30.000 euros. En setiembre, apuntó, mantendrán una reunión con los beneficiarios para establecer cómo devolverán cada uno de ellos la ayuda recibida.
Maite Zelaia, vicerrectora de Estudiantes, Empleo y Responsabilidad Social, incidió en «el importante esfuerzo que están haciendo las familias para afrontar por sí mismas los gastos de educación superior de sus hijos e hijas». Hizo ese comentario por el bajo número de peticiones de ayuda, aunque precisó que ese fondo social se encargará de garantizar que ninguna persona matriculada tenga que dejar de estudiar por razones económicas.
En caso de que alguna de las personas beneficiarias de las ayudas no pueda reintegrar el dinero, se contempla el desarrollo de otras actividades en favor de la universidad. En setiembre se abordará cómo lo devolverá cada uno.