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Despersonalización en un mundo masificado, «El último Elvis»
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
«El último Elvis» es una película que te pilla por sorpresa, porque es lo que menos cabe esperar sobre la figura del imitador de famosos. Lejos de caricaturizarla, se la toma en serio, tan en serio que acaba representado el rostro amargo de un mundo despersonalizado, donde la masificación y el anonimato condenan al individuo a ser una sombra de sí mismo. Esta es la historia de alguien que se revela contra la falta de identidad, y, que antes de tener que ser nadie, prefiere asumir el aspecto de su ídolo hasta las últimas consecuencias.
El impersonator, que es como se conoce en EE.UU. a los imitadores está muy desprestigiado, por lo que en su versión argentina cobra si cabe una dimensión todavía más agónica. La ópera prima de Armando Bo, nieto del mítico cineasta homónimo que forzó los limites de la censura sexual en su país, se hace eco de la decadente moda de los grupos de tributo. Cuando el Elvis argentino va a cobrar la paga en su asociación, se encuentra con los falsos Kiss, Queen o Beatles. Y, por extensión, con dobles de Gene Simmons, Freddie Mercury o John Lennon. Además los hay de cantantes locales como Charly García, o también de Iggy Pop o Mike Jagger.
John McInerny canta los temas de Elvis con absoluta convicción vocal y emocional, por lo que su personaje cuando se baja del escenario no se identifica con la realidad de su trabajo en una fábrica de electrodomésticos, junto a una mujer y una hija a las que llama Priscilla y Lisa Marie. Por eso su sueño es peregrinar a Graceland, donde termina la película gracias a un buen trabajo de producción, con unos decorados que reproducen el santuario de Memphis a la perfección.
Dirección: Armando Bo. Guión: Armando Bo y Nicolas Giacobone. Intérpretes: John McInerny, Griselda Siciliani. País: Argentina. 2012.
Duración: 92 minutos.
Dirección: Louis Leterrier.
Intérpretes: Jesse Eisenberg, Woody Harrelson, Isla Fisher.
País: EEUU. 2013.
Duración: 115 minutos.
Dirección: Ira Sachs.
Intérpretes: Thure Lindhardt, Zachary Booth, Paprika Steen. País: EEUU. 2012. Duración: 101 minutos.