A cuatro meses de las elecciones del 17 de noviembre, el anuncio del candidato de la coalición Alianza por Chile, Pablo Longueira, de que abandonaba la carrera por La Moneda a causa de una depresión, sembró el miércoles la preocupación y el pánico en la derecha que, según los analistas, ve crecer la posibilidad de perder el Gobierno tras el mandato de Sebastián Piñera, el primero que tuvo después de dos décadas de administraciones de centroizquierda.

Longueira, de la Unión Demócrata Independiente (UDI), fue elegido candidato presidencial oficialista tras ganar el pasado 30 de junio las primarias de la derecha a Andrés Allamand, del partido Renovación Nacional (RN), al que pertenece Piñera.

Con la expresidenta Michelle Bachelet, candidata de la oposición, como favorita de todas las encuestas, quien recoja los emblemas de Longueira en el oficialismo tendrá «una tarea titánica» en un escenario «tremen- damente adverso», señaló a Efe el politólogo Carlos Hunneus.

En ese ambiente, los dirigentes de la UDI y de RN buscaban ayer salidas a la crisis entre un guirigay de opiniones, entre las que también ha tomado cuerpo la idea de que cada agrupación elija su propio candidato presidencial. Pero Piñera se declaró a favor de un un candidato único y afirmó que su ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, le parece una opción «razonable».

En una entrevista con el canal privado Chilevisión, Piñera sugirió además celebrar unas nuevas primarias, de carácter informal, para designar un nuevo candidato y pidió a los dirigentes de ambos partidos «pensar en grande en este momento».

Matthei es conocida por su carácter fuerte y porque suele emplear un lenguaje callejero, incluidos insultos de alto calibre, cuando polemiza con otros políticos. Ha sido parlamentaria y de niña fue amiga de Bachelet.