El presidente egipcio impuesto por el Ejército tras el golpe de Estado, Adly Mansur, aseguró ayer en su primera intervención pública, que «llevaremos al batalla por la seguridad hasta el final. No volveremos nunca hacia atrás y avanzaremos hacia la libertad y la estabilidad», en respuesta a las exigencias de los islamistas de que el derrocado presidente Mohamed Morsi sea restituido en el poder.

Mansur señaló que Egipto atraviesa «una etapa decisiva», en la que, en su opinión, algunos desean «lo desconocido y la violencia» y otros una mejoría del país y «reforzar los derechos humanos y la libertad».

Por otro lado, tendió la mano a los Hermanos Musulmanes, cuyos dirigentes y seguidores están sufriendo una ola de detenciones, y prometió una «justicia transitoria». «La voluntad de justicia y reconciliación concierne a todo el mundo», señaló.

«Viernes de la victoria»

Mansur intervino a unas horas de una nueva convocatoria de protestas masivas de los seguidores de Morsi, a la vez que los contrarios al derrocado presidente han anunciado que volverán a sus concentraciones.

La Coalición Nacional para la Defensa de la Legitimidad, que incluye a los Hermanos Musulmanes, instó a manifestarse contra el golpe militar «sangriento e injusto» y para recuperar la revolución «robada por los golpistas». El epicentro de las protestas de los islamistas es la plaza de Rabea al-Adauiya, en el este de El Cairo, donde mantienen una acampada desde hace semanas. Por su parte, los detractores de Morsi han convo- cado manifestaciones en la plaza Tahrir y frente al palacio presidencial para contrarrestar la movilización por Morsi.

Las protestas a favor y en contra de Morsi coinciden con el aniversario, según el calendario musulmán, de lo que en Egipto se considera la victoria en la guerra de 1973 contra Israel (conocida como Guerra del Yom Kipur o de Ramadán), de ahí que ambos bandos hayan denominada a la jornada «viernes de la victoria».

Los exministros del Gobierno de Morsi que se entrevistaron con la representantes de la Unión Europea, Catherine Ashton, señalaron que la UE podría mediar en la confección de una hoja de ruta para restituir al presidente, pero dejaron claro que en este momento optan por las movilizaciones y que la «restauración de la legitimidad no es negociable».