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corrupción en el estado español

La «barbacoa» enciende el «que se vaya la mafia»

La jornada de protestas para denunciar la financiación ilegal del PP y exigir la dimisión del presidente español, Mariano Rajoy, registró marchas en diversos puntos del Estado. En Madrid, cientos de personas se concentraron en Génova para luego realizar una marcha bajo el lema «que se vaya la mafia».

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Alberto PRADILLA | MADRID

Pese a los vaticinios de alguna web con alianzas tradicionales con cuerpos policiales que había llegado a publicar la alerta a los bomberos, lo de la «barbacoa» contra los chorizos era una metáfora. Básicamente, la protesta de ayer era, en un principio, bastante similar a todas las que se han convocado a lo largo de la legislatura frente a la sede del PP en Génova, en Madrid. Quizás la única diferencia, a las 19.45 horas, un cuarto de hora antes del inicio, era que el ambiente evidenciaba que se registraría más asistencia. Y que los manifestantes traían más enfado de casa. Para entonces un grupo ya había desarbolado a los antidisturbios ubicados junto a la glorieta de Alonso Martínez. Aunque estos se repusieron rápidamente e instalaron su tradicional barricada, solo abierta a determinados medios de comunicación. Frente a ellos, cada vez más manifestantes que, al grito de «Rajoy y Cospedal, a Soto del Real» instaban a la dimisión del Ejecutivo del PP.

«Nos enteramos solo del IVA de lo que nos roban. El total no lo sabremos nunca», lamentaba Antonio Hernández, en primera línea, enarbolando una pancarta de protesta por la estafa de las preferentes. Él y toda su familia son algunos de los afectados por este producto fraudulento de Bankia. No obstante, ayer había más gente que en otras convocatorias. Aunque el número no convencía a todos. «¿Qué es lo que tiene que pasar para que seamos miles?», lamentaba otro de los participantes. Durante cerca de una hora, la concentración permaneció fija a ambos lados de Génova, blindada por el habitual retén de antidisturbios. Entre las conversaciones, la mezcla de satisfacción por superar las expectativas pero, también, cierta sensación de que, «con la que está cayendo», los asistentes deberían de ser más.

Pasadas las 21.00 horas la marcha comenzó a caminar. Primero hacia Sol, donde se celebraba, simultáneamente, una concentración antifascista en recuerdo a la funesta fecha del 18 de julio. Después, cortando Gran Vía y llegando hasta Neptuno. Allí, pasadas las 23.00 horas se registraron diversas cargas cuando los antidisturbios hostigaron a quienes trataban de acercarse al Congreso español, permanentemente blindado desde hace un año. Al cierre de esta edición, cientos de personas seguían desfilando por las calles del centro de la capital del Estado español.

La de Madrid no fue la única marcha. En Barcelona, donde no se olvidaron los casos de corrupción de CiU, o en Valencia, con cargas esporádicas, tuvieron lugar protestas. Además, las embajadas españolas de París, Londres o Ámsterdam registraron unas movilizaciones que, a buen seguro, se repetirán.

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