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Las autoridades ven en la quiebra una oportunidad para la recuperación de Detroit

Las autoridades de Detroit confiaron ayer en que la declaración de bancarrota, la mayor de una ciudad en la historia de EEUU, abra la vía hacia la recuperación de una ciudad industrial que fue símbolo de prosperidad.

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GARA | DETROIT

Detroit, la antigua cuna del automóvil triunfal a principios de siglo XX, se convirtió el jueves en la ciudad más grande de EEUU en declararse en quiebra, último acto en su lenta agonía.

La bancarrota de Detroit podría representar la ocasión de «terminar con 60 años de decadencia» y de «volver a poner a la ciudad en marcha», señaló el gobernador del estado de Michigan, Rick Snyder, quien, no obstante, advirtió de que es difícil que los acreedores lleguen a cobrar.

Esta ciudad industrial del norte del país ha acumulado una vertiginosa deuda de 18.500 millones de dólares -9.000 de los cuales corresponden a fondos de jubilación-, aunque en junio varios bancos habrían acordado con Kevin Orr, nombrado administrador especial por el Estado, una quita de hasta el 75%, según el diario «Detroit News».

«Desde 2000, la ciudad ha perdido el 28% de su población y el 38% de su presupuesto se gasta pagando obligaciones del pasado como las pensiones», expuso Orr.

El lento declive económico y financiero de la ciudad fue de la mano con el deterioro social que se evidencia en el éxodo de sus habitantes. La caída de contribuyentes y de ingresos, el desempleo, la salida de negocios y empresas ha provocado que las arcas de la ciudad no puedan ingresar lo suficiente para mantener sus compromisos y gastos de servicios públicos.

La quiebra de Detroit fue recomendada por Orr y autorizada por Snyder y ahora la Justicia deberá decidir si acepta la petición de suspensión de pagos y reestructuración de su deuda y poner en orden de prioridad a sus acreedores.

La bancarrota desencadenará la caída de contrataciones y gastos municipales al mínimo necesario, lo que ha provocado críticas y peticiones para que la que fuera una de las capitales más boyantes del mundo venda muestras de su antiguo esplendor, como sus colecciones de arte o edificios.

Los más preocupados son los sindicatos que representan a los empleados municipales, cuyos fondos de pensión tienen prioridad dudosa entre los acreedores, y cuyos afiliados encaran más recortes de sueldos y beneficios.

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