A la mayor obra pública de las últimas décadas en Bilbo, la apertura del canal de Deustua, le quedan pocos meses para echar a andar. El Gobierno Azkuna ultima los detalles del pliego de licitación del proyecto, en el que se van a invertir al menos 30 millones de euros después de que haya alcanzado los acuerdos con otras administraciones para salvar los problemas de financiación iniciales.

Ayuntamiento, Gobierno autonómico y Comisión Gestora sufragarán unos trabajos cruciales para la posterior urbanización de la isla. Queda aún la duda de cómo será el posterior desarrollo, con más o menos áreas residenciales, terciarias y equipamientos, por mucho de que se haya avanzado un reparto aproximado de los usos previstos en el futuro Zorrotzaurre.

Para final de julio, según las estimaciones municipales, la licitación se publicará en el boletín oficial y se espera que sean muchas las empresas que opten en un momento tan delicado para el sector. Ayer, EH Bildu exigió al Gobierno Azkuna que «pongan todos los mecanismos que garanticen unas condiciones dignas de trabajo», huyendo de la precariedad que se viene dando en la obra pública por «la política de subcontrataciones».

En virtud del convenio suscrito con Lakua, será el Ayuntamiento quien ejecute las obras de apertura del canal y la construcción del puente entre Deustua y Zorrotzaurre, en las inmediaciones de la clínica del IMQ. Se aventura que las máquinas entren a trabajar en diciembre, comenzando con la construcción del puente y la extracción de 365.000 metros cúbicos de tierra para transformar la península en una isla.

Esas tierras y las procedentes del dragado del cauce actual tendrán que ser descontaminadas. Algunas toneladas, las que contengan residuos peligrosos procedentes de la intensa actividad industrial y portuaria en la zona, irán a parar a vertederos autorizados, aunque la mayoría se depositarán en la ampliación de los muelles del Superpuerto, en Santurtzi y Zierbena.

Todo apunta a que toneladas de inertes de la actual explanada de Botica Vieja, donde se encuentra el parking, se verterán en el espigón central de la ampliación de las instalaciones portuarias. La excavación comenzará por el centro hasta los dos extremos en contacto con el agua. Una vez construido el puente y terminado el nuevo cauce por donde discurrirán parte de las aguas del Ibaizabal, se acometerán las nuevas riberas de ese ramal de la Ría.

Según los expertos, la apertura del canal supondrá una bajada de la cota de la lámina de agua en el tramo de la Ría desde la futura isla hasta la casa consistorial. Los expertos precisan que las inundaciones podrán seguirse produciendo en el Casco Viejo y Elorrieta, por poner algún ejemplo. Para paliar las crecidas del Ibaizabal, en opinión de los técnicos, habría que acometer una millonaria obra hidráulica como es el proyecto de túnel de Abusu a Olabeaga, que desviaría buena parte del caudal del centro histórico de la villa, y el dragado del cauce de la Ría.

Esta última operación tiene algunos detractores, por su peligrosidad, ya que en los fondos hay muchos contaminantes.