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golpe de estado en egipto

Los islamistas desafían los avisos del Ejército y vuelven a las calles

Decenas de miles de partidarios del derrocado presidente, Mohamed Morsi, se concentraron ayer de nuevo en las calles de El Cairo para reclamar su restitución y la salida del jefe del Ejército, el general Abdel Fattahy al-Sissi, haciendo frente a la amenaza que los militares lanzaron el jueves de intervenir como lo hizo en manifestaciones anteriores. Los adversarios de Morsi también volvieron a las concentraciones contra los islamistas.

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GARA | EL CAIRO

Las marchas que partieron de 18 mezquitas de El Cairo tras el rezo del mediodía convergieron por la tarde, siguiendo el llamamiento de los Hermanos Musulmanes en los dos enclaves en los que los islamistas han concentrado sus protestas desde el golpe de Estado del 3 de julio y que ocupan ininterrumpidamente desde entonces: la mezquita de Rabaa al-Adawiya, en un barrio de la capital, y los alrededores de la Universidad de El Cairo, más próxima al centro de la ciudad.

En Rabaa al-Adawiya, la multitud enarbolaba pancartas en las que podían leerse frases como «¿que pasó con mi voto?», en referencia a las elecciones que ganó Morsi, en los primeros comicios presidenciales democrá- ticos celebrados en Egipto. Una amplia pancarta mostraba una fotografía de Morsi rodeado de banderas egipcias y con el lema: «Juntos en apoyo de la legitimidad».

La jornada de protesta estaba convocada bajo el lema «romper el golpe de Estado». Una parte de los manifestantes se dirigió hacia el Ministerio de Defensa y al cuartel general de la Guardia Republicana, situadas en los alrededores de la mezquita, pero las barricadas instaladas por el Ejército, con un enorme despliegue, les impidieron avanzar.

Frente al palacio presidencial de Al-Itihadiya, las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos para dispersarlos.

El pasado 8 de julio, medio centenar de manifestantes que reclamaban la vuelta de Morsi murieron tiroteados en este lugar. En esta ocasión, el Ejército también había lanzado sus advertencias. «Cualquiera que recurra a la violencia en las manifestaciones del viernes pondrá su vida en peligro», avisó el Ejército en un comunicado difundido el jueves. Los militares precisaron que se dirigían a «diversos grupos políticos», pero la mayoría del centenar de muertos registrados en Egipto tras el derrocamiento de Morsi pertenecían a los partidarios del presidente destituido.

Además, el mandatario impuesto por el golpe, Adly Mansur, advirtió el jueves que llevará «la batalla por la seguridad hasta el final» frente a la voluntad de los islamistas de seguir manifestándose en las calles. «Estamos en un momento decisivo de la historia de Egipto», añadió el presidente Mansur en su intervención acusando a «algunos» de querer llevar al país «a lo desconocido».

Aviones de combates y helicópteros militares sobrevolaron El Cairo desde primeras horas de la tarde. Mientras, entre los manifestantes se escuchaban gritos contra el jefe del Ejército, ministro de Defensa y viceprimer ministro, el general Abdel Fattah al-Sissi, verdadero hombre fuerte del país en esta nueva etapa.

«Sissi dimisión, Morsi es el presidente», gritaban levantando los retratos del derrocado jefe de Estado. Otros acusaban al general de «traidor» o «asesino».

En Rabaa al-Adawiya, una de las manifestantes, Nadia Mesaslhi, denunciaba a Efe que «el tiránico golpe militar anuló la voluntad del pueblo» y que sus autores no desean para Egipto «ni el éxito ni el renacimiento». «Nunca aceptaremos ni al Gobierno militar ni al presidente interino. Preferimos morir como mártires ante que aceptar la injusticia y la deshonra», añadió.

Las manifestaciones islamistas se reprodujeron también en otros lugares del país, como en Al-Arich (norte del Sinaí), Marsa Matruh (noroeste), Beni Sueif u Minya (Egipto medio), así como en Alejandría (segunda ciudad del país en el norte), según la televisión pública.

Respuesta en Tahrir

Por su parte, los adversarios de Morsi quisieron responder a esta demostración de fuerza con la concentración que comenzó al anochecer en torno a la plaza Tahrir, en un ambiente festivo, con un recital de música y poesía e incluso fuegos artificiales, aunque con mucho menor seguimiento.

Para los partidarios de la destitución de Morsi, el objetivo de esta jornada era «proteger la revolución y sus logros» y «evitar los intentos de los grupos terroristas de volver hacia atrás», en alusión a los Hermanos Musulmanes.

La plaza fue rodeada por un gran dispositivo policial para evitar que los islamistas se acercaran. Cerca del palacio presidencial algunos centenares entonaron canciones patrióticas y ondearon banderas para festejar la caída del presidente al que acusan de gobernar en beneficio de sus propios seguidores y de dejar caer el país en la recesión económica. Hasta la medianoche no hubo graves incidentes, aunque los manifestantes cortaron algunas calles importantes, como el puente 6 de octubre y Salah Salem, con algunos choques cerca del Ministerio de Defensa y de la mezquita de Al-Azhar.

Diez transportes blindados del Ejército se situaron cerca de un puente sobre el Nilo en pleno centro de El Cairo, en una ruta utilizada habitualmente por los partidarios de Morsi para intentar llegar a la plaza Tahrir.

Mientras tanto Morsi y sus colaboradores siguen en un lugar desconocido detenidos por el Ejército, que ha desatado una oleada de arrestos entre los miembros de su partido y de los Hermanos Musulmanes.

Varios cargos de la formación islamista han sido acusados de incitación a la violencia desde el enfrentamiento del pasado 8 de julio, en el que más de 50 simpatizantes de Morsi murieron frente al cuartel de la Guardia Republicana en El Cairo.

La Cofradía islámica rechaza cualquier negociación con Mansur o su Gobierno y sigue defendiendo la legitimidad de Morsi y dispuesta a mantener el pulso de las movilizaciones.

Las protestas de ayer coincidieron con el aniversario, según el calendario musulmán, de lo que en Egipto se considera la victoria en la guerra de 1973 contra Israel (conocida como Guerra del Yom Kipur o de Ramadán), de ahí que ambos bandos denominaran a la jornada «viernes de la victoria». Además de este enfrentamiento social, la seguridad del país se deteriora gravemente en la península del Sinaí, donde actúan grupos yihadistas.

Los ataques contra la Policía y el Ejército se han multiplicado desde el 3 de julio en la región, que ha registrado un refuerzo de tropas. Cuatro policías murieron en menos de 48 horas.

El jueves, la agencia oficial Mena indicó que diez yihadistas habían muerto en dos días durante una operación del Ejército contra combatientes islamistas del Sinaí.

Ayer dos civiles murieron y otro resultó herido en un ataque con cohetes contra un puesto de control del Ejército egipcio, en El Arish. Los atacantes alcanzaron por error una vivienda, según fuentes hospitalarias.

presos trasladadoS

Las autoridades egipcias trasladaron a ocho dirigentes islamistas presos en una cárcel de El Cairo a una zona de alta seguridad de la prisión. Entre ellos, el «número dos» de los Hermanos Musulmanes, Jeirat Shater, el presidente del PLJ, Saad Katatni, y el líder salafista Hazem Abu Ismail.

La ONU pide explicaciones a El Cairo sobre Morsi y los detenidos

La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha pedido explicaciones al Gobierno impuesto por el golpe en Egipto sobre la detención por parte del Ejército del derrocado presidente Mohamed Morsi y sus colaboradores, y le ha preguntado si se plantea enviarlos a juicio. Pillay se reunió con el embajador egipcio en Génova hace diez días y presionó para obtener información sobre Morsi y su equipo, especialmente las bases legales sobre su detención. La representante de la ONU solicitó además una lista detallada con las órdenes de arresto y de las personas que actualmente están bajo custodia. En el encuentro, Pillay también transmitió al Gobierno interino su intención de enviar un equipo a Egipto para conocer más sobre su investigación sobre los disparos y los métodos empleados. «Estamos esperando la aprobación de las autoridades y un equipo está preparado para ser desplegado tan pronto como se reciba la aprobación», dijo el portavoz, Rupert Colville. GARA

mediación europea

La Comisión Europea aseguró que no ha recibido ninguna petición oficial de mediación por parte de los Hermanos Musulmanes, pero se declaró dispuesta a asumir el papel de «facilitador del diálogo». La Cofradía anunció que ha propuesto un marco de diálogo a través de un mediador de la UE.

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