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ANÁLISIS | GRAN PREMIO DE HUNGRÍA

Silberpfeil

La carrera de Hungaroring cerraba la primera mitad de la temporada, y Mercedes demostraba que ha logrado mejorar en la gestión de los neumáticos, lo que garantiza que seguirán dando guerra a partir del 25 de agosto. Pero Vettel lo tendrá aún mejor que hasta ahora.

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Xabi ALZELAI Ingeniero de pruebas

Flecha de plata» (Silberpfeil en alemán) era un término común para referirse a los coches de carreras de las dominantes Mercedes-Benz y Auto Union durante las décadas de 1940 y 1950. En automovilismo deportivo internacional, antes de la llegada de patrocinadores, durante décadas los coches se pintaban de acuerdo a una tabla que determinaba su color según la procedencia del equipo: rojo para Italia, verde oscuro Gran Bretaña, azul para Francia, y blanco Alemania. ¿Y cómo fue la transformación del blanco al plateado?

Según la leyenda, el origen de esta transformación fue accidental. La Federación Internacional impuso el límite de peso máximo en 750 kg para coches de GP en 1934. Dicen que, en la primavera de ese año, Mercedes llevó el bólido W125 -que pesó 751 kg- al escrutinio de la mítica Eifelrennen que se celebra en el Nürburgring. Al entonces jefe de equipo Neubauer y su piloto Von Brauchitsch no se les ocurrió otra idea que lijar la carrocería para eliminar la capa de pintura, dejando a la vista el aluminio de color plateado de la base de la carrocería. El coche pasó la verificación y ganó la carrera. Eran otros tiempos, pero hay tradiciones que perduran y Mercedes sigue pintando sus coches de carreras del mismo color en honor a aquel W125.

La primera victoria de Hamilton para Mercedes no podía llegar en mejor momento. El hecho de que Mercedes haya conseguido ganar bajo un calor intenso (hasta ahora su punto débil), así como en un circuito de alto nivel de carga como Silverstone, indica que han dado un importante paso en cuanto a gestión de neumáticos. Han demostrado que en teoría pueden ser competitivos en cualquier circuito. Red Bull debería empezar a tomarles en serio.

Fue una carrera entretenida con distintas estrategias; pero todas ellas implicaban sumergirse en el tráfico, y ahí es donde Hamilton destacó. Buscó lo antes posible el aire limpio para obtener el máximo provecho de las ruedas y mantener las temperaturas bajo control. Mientras tanto sus rivales, en especial Vettel, se vieron atascados en el tráfico y con dificultades para adelantar, Hamilton fue lo suficientemente hábil para sacar provecho de los coches lentos para ganarse un margen confortable durante la carrera.

Con esta victoria Mercedes se va de vacaciones con los deberes muy bien hechos. Esta victoria significa para la escudería de Brackley un paso más en el complicado camino de ser considerado como un equipo candidato al título. Pese a las dificultades que arrastraron de 2012, los líos con la FIA y su consecuente ausencia en el crucial test de Silverstone, las flechas de plata aprenden rápido a obtener ventaja de cualquier situación. Si a esto le añadimos la consistencia de una pareja de pilotos como Hamilton y Rosberg, es posible que Mercedes tenga un papel decisivo en la segunda mitad del campeonato. Hamilton ha salido de McLaren en el momento oportuno, puesto que, si siguen a este ritmo, este va a ser el primer año sin victorias para los de Woking desde 2006, el segundo desde 1996.

Hablando del test de Silverstone, aparte de ser una prueba muy importante para los neumáticos, en origen se trataba de dar la oportunidad a jóvenes promesas (por eso se llama young driver test). Siendo objetivos, habría que destacar dos actuaciones: primero Ricciardo, que demostró estar capacitado para sustituir a Webber, tanto por velocidad como por consistencia. El segundo nombre es Carlos Sainz Jr., hijo del legendario piloto de rallies. Tuvo oportunidad de enseñar de lo que es capaz, primero con un Toro Rosso y luego con un Red Bull. Con sólo 18 años, marcó unos tiempos muy destacables para ser la primera vez que pilota un F1, algo que no está al alcance de cualquier piloto. Demuestra así que el apoyo de Red Bull se lo ha ganado, y probablemente le veamos más a menudo al volante de un F1 en el futuro próximo.

En cuanto a neumáticos, el test de Silverstone aporta nuevos datos a los equipos para trabajar de una forma más eficiente y segura con las Pirelli de nueva generación. Los neumáticos nuevos con carcasa de 2012 y compuestos de 2013 dejaron patente su integridad a temperaturas superiores a las de GP. Al mismo tiempo se degradan más lentamente. Como conclusión, deberíamos presenciar menos cambios de neumáticos para el resto de carreras (Barcelona habría sido a 2/3 paradas en lugar de 4), y los pilotos podrán ir durante más tiempo cerca del límite sin dañar el neumático, durante más vueltas. Esto puede beneficiar a equipos como Mercedes, que hasta ahora han sufrido una excesiva degradación con calor. Aparte de esto no debería haber grandes cambios en el orden competitivo: los equipos que hasta ahora han gozado de cierta ventaja en cuanto a degradación seguirán con ella.

Intuyo que en la segunda mitad de la temporada va a ser difícil dar caza a Vettel y Red Bull, dado que el elemento restrictivo que tenían hasta ahora en los neumáticos va a disminuir, ofreciéndole la posibilidad de extraer lo máximo del coche en cada circuito desde ahora. Vettel se va al descanso con una saludable ventaja sobre el resto. Solo un equipo dispuesto a comprometer el programa de desarrollo para 2014 y dedicar recursos y valioso tiempo del túnel de viento al coche de este año podría poner en peligro el título de Vettel. Si hay alguno capaz de hacerlo, ese es Ferrari. Sin descartar del todo a Mercedes, que seguirá dando guerra hasta el final de la temporada.

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