El periodista de Shorouk News de 27 años, Fouad Arafa, habla sin temor sobre la grave situación del derecho a la libre información y opinión en Egipto.

¿Cuál es la situación actual del derecho a la libre información en Egipto?
No hay información que no pase por el filtro de los militares. No puedes utilizar palabras como golpe de estado. Los editores y redactores recibimos presiones de nuestros superiores para que no hablemos de ciertos aspectos. Nuestro jefes, a su vez, reciben presiones desde más arriba.

¿Cómo se consigue acceder a información independiente?
Desde la revolución contra Mubarak ha habido plataformas web que se han mantenido independientes, como por ejemplo el medio Rassd. Este medio ha declarado abiertamente que Egipto vive un golpe militar.  Mantiene su página web y la cuenta de Facebook, pero sus trabajadores ya están recibiendo presiones e incluso amenazas para que dejen de tocar ciertos temas. Hay que acudir a internet y buscar mucho si se quiere saber la verdad de lo que está pasando. Las redes sociales juegan un papel determinante en todo esto. El problema es que todavía hay gente que no tiene acceso a esas redes, bien sea por su edad o porque no sabe utilizar esas nuevas tecnologías.

¿Qué cree que pasará con esos medios clausurados? ¿Se habrán cerrado para siempre?
Espero que no. En una sociedad sana tiene que haber opiniones de todo tipo. No puedes cerrar bajo pretexto de incitar a la violencia o apoyar a «terroristas» a un medio sin más pruebas. Cerrar un medio es algo muy grave en una democracia. Aunque tengo varias fuentes que señalan que los militares están recibiendo muchas y grandes presiones para que dejen a los periodistas trabajar y expresarse libremente. Las presiones parece que han alcanzado a la cúpula militar, donde habría voces críticas con la manera como se ha llevado el caso de los medios de comunicación afines al partido Libertad y Justicia. También hay presiones internacionales. Creo que se volverán a abrir esos medios ya que la gente, incluso los progolpistas, así lo está demandando.

¿Cómo ocurre esa presión a los periodistas que estás denunciando?
Desde despedirte de tu trabajo o amenazarte con hacerlo hasta encontrarte con la puerta de tu casa con pintadas. Todo vale para que los periodistas que critican esta situación dejen de escribir. La única voz que existe hoy en día en la prensa escrita egipcia es la de aquellos que adoran al general Al-Sissi. Esta situación es peor que en la época de Mubarak. Aunque en esa época no hubiera una libertad de expresión ni de prensa, no se clausuraban tantos medios ni se hacía tanta presión a los periodistas. Los había, pero no tanto como ahora. Los únicos periódicos afines a los Hermanos Musulmanes han vuelto a salir a la calle pero se imprimen desde un lugar desconocido y sus trabajadores no utilizan su verdadero nombre, solo seudónimos.