Raimundo Fitero
Adrede
Cierto es que se estaba emitiendo en directo y con traducción simultánea al lenguaje de signos en el 24 horas, ese canal vertedero, que siempre comete las tropelías más militantes con sus manipulaciones. Ya dijimos que era en la realización con su selección de contraplanos donde estuvo más clara la intención de resaltar al señor de las citas. Los canales tienen categorías y lo que se emite por la primera, es recibido subconscientemente como de mayor importancia que lo que sale por ese 24 H. Por lo tanto la decisión fue netamente política. Una desconexión realizada conscientemente para restarle enjundia a la comparecencia. Además, se mantenía la obsesión del bipartidismo, que es uno de los problemas mayores para salir de este atasco democrático.
Se hizo adrede, como se hacen tantas cosas desde que el equipo de dirección tiene la consigna de debilitarla hasta llevarla a la privatización o a la insignificancia. Porque no se puede ser tan inútil. Cada vez que apuestan por un proyecto nuevo, aunque sea alrededor de un éxito previo, acaba en desastre. «Gran reserva. El origen» ya ha cerrado sus bodegas. La tarde se les atraganta. «España en directo» va fatal, con unas audiencias absolutamente insostenibles. Superar por poco el tres por ciento es un fracaso total. Probablemente no aguantará ni el verano. Y estoy viendo una deriva de «Las noticias de La 2», que no aventura nada bueno. Era un informativo con personalidad y hasta cierta libertad de contenidos y de manera de exponerlos. Ahora es un apéndice de los infumables telediarios obsoletos que pierden clientela a borbotones. Todo se hace a posta. Adrede. No puede ser de otra manera.