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Gergiev y Mariinsky regresan a la Quincena musical con dos conciertos
Mikel CHAMIZO | DONOSTIA
Valery Gergiev es un viejo conocido del público de la Quincena Musical. Este fin de semana será ya la sexta ocasión en que el más laureado de los directores rusos visite el festival y la tercera vez al frente de la orquesta de la que es titular desde hace 25 años, la del Teatro Mariinsky de San Petersburgo.
Gergiev regresa ahora con su «falange» -así llaman algunos a su orquesta, pues llevan tantos años tocando juntos que los músicos conocen hasta el más mínimo movimiento de dedos del director- para presentar dos programas tan eclécticos como atractivos. El de esta tarde, que comienza con el «Preludio» de «Lohengrin» de Wagner, supondrá el debut en Donostia de un joven músico ruso excepcional, el violonchelista Alexander Buzlov, y que ha debutado ya en la Philharmonie de Berlín. Tocará las preciosas «Variaciones Rococó» de Tchaikovsky, dejando paso en la segunda parte a Brahms y su «Sinfonía nº2».
La segunda actuación de Gergiev y la Orquesta del Mariinsky tendrá lugar mañana y se ha convertido en una de las citas más esperadas de esta edición. El plato fuerte es una de las grandes sinfonías de Shostakovich, la nº13, «Babi-Yar», que rememora la matanza de 34.000 judíos en el barranco Ucraniano de Babi-Yar durante la Segunda Guerra Mundial. Una estremecedora sinfonía que contará con la participación de las voces masculinas del Coro Easo y del bajo Mikhail Petrenko, y que se presentará en contraste con una de las creaciones más bellas de Mozart, el «Concierto para piano nº21», con el joven pianista catalán Ignasi Cambra como solista.