Una segunda vuelta electoral para la Presidencia de Mali opondrá a Ibrahim Boubacar Keita, que ganó la primera vuelta el 28 de julio con el 39,2% de de los votos, y a Soumaila Cissé, que obtuvo el 19,4%, según los resultados oficiales publicados ayer.

La segunda vuelta tendrá lugar el próximo 11 de agosto, lo que da apenas nueve días a los candidatos para llevar a cabo su campaña en un país que ha sufrido año y medio de crisis política y guerra.

La tasa de participación del 51,5%, fue excepcionalmente alta para el país, donde nunca se había superado el 38%.

El anuncio de la segunda vuelta tranquilizó al partido de Cissé, la Unión por la República y la Democracia (URD), que había criticado las declaraciones del bando de Keita dando por segura la victoria en la primera votación. Ahora todo depende de las consignas de voto del resto de partidos. A pesar de los temores, la primera vuelta electoral se llevó a cabo sin incidentes graves y consiguió movilizar a buena parte del electorado.

La última crisis del país comenzó en enero de 2012, con la ofensiva de los independentistas tuareg que tomaron el control del territorio de Azawad, y que fue seguida de un golpe de Estado y de la ocupación por grupos yihadistas del mismo territorio. La intervención del Ejército francés y una fuerza africana devolvió Azawad al poder de Bamako, aunque los tuareg mantienen sus demandas.

El nuevo presidente se enfrenta a la tarea de recuperar un Mali económicamente agotado y reconciliar a las diversas comunidades, más divididas que nunca.

Cissé, exministro de Finanzas, de amplia carrera política y académica, es un fuerte opositor al golpe de marzo de 2012. Fue detenido por los militares golpistas. Resultó herido y se recuperó en el Estado francés y Senegal. Pide la desaparición de la escena del capital Amasou Haya Sanogo y su Junta Militar, que aún conservan cierto poder en Bamako. Promete 500.000 empleos en cinco años y hacer de Mali un país emergente.

Keita se reclama de izquierdas y se mantuvo en un discreto plano en el golpe de Estado. Afirma que su objetivo prioritario es la reconciliación del país. Fue primer ministro entre 1994 y 2000, etapa en la que reprimió duramente una huelga en la Educación.