Todo hace indicar que fue la colisión con un buitre lo que provocó el accidente del ultraligero que se estrelló el domingo en Milagro, causando la muerte de sus dos ocupantes. Los fallecidos son Juan Carlos Osés, de 49 años y natural de Andosilla, y Luis de la Vega, de 61 años y vecino de Arroitz. Ambos viajaban en el ultraligero que despegó a las 11.15 del aeródromo de Sesma y se estrelló alrededor de una hora después en un barranco próximo al casco urbano de la localidad ribera.

Los cadáveres de los dos ocupantes resultaron calcinados en el accidente, por lo que se está a la espera de la confirmación oficial de las identidades, que determinarán los análisis de los expertos forenses.

El relato de testigos presenciales, que manifestaron haber visto cómo el ultraligero impactó en pleno vuelo con un buitre, apuntalan la hipótesis inicial de que esta fuera la causa del siniestro, en una zona frecuentada por estas aves. El choque con el animal habría producido la ruptura de una de las alas de la avioneta, lo que hizo que el piloto perdiera el control del aparato, precipitándose sobre un barranco cercano al río Aragón.

La alcaldesa de Milagro, Yolanda Ibáñez, quien señaló a GARA que el accidente «ha supuesto un duro golpe en el pueblo» y transmitió el pésame a las familias de las víctimas, confirmó que el choque contra una ave es la principal causa que se baraja, aunque precisó que habrá que esperar a los resultados de la investigación.

Tras el impacto, el ultraligero se incendió en una zona de difícil acceso provocando la extensión de las llamas por la vegetación de la zona. El fuego obligó a intervenir a efectivos de Bomberos de Peralta y de la brigada aerotransportada (BRIF) y retrasó tanto el rescate de las víctimas -en una zonal de difícil acceso- como la investigación por parte de los agentes de la Policía Judicial. Los restos fueron trasladados al Instituto Navarro de Medicina Legal.

Juan Carlos Osés, propietario de una pequeña empresa, casado y padre de dos hijos, pilotaba el aparato siniestrado el domingo, que era de su propiedad, según «Diario de Navarra». Testimonios de allegados al rotativo navarro, destacaron que volar era una de sus grandes pasiones, que comenzó a llevar a la práctica hace unos diez años.

Su acompañante, Luis de la Vega, un médico rural recién jubilado padre de dos hijas, era también un gran aficionado al vuelo en ultraligeros. De hecho, fue impulsor del Club Pelícanos, con sede en Sesma. El campo de vuelo dispone de pistas y hangares y en él se ofrecen también cursos de instrucción.

Se desconoce cuándo tendrán lugar los actos fúnebres, pendientes de la identificación oficial de los cadáveres.