Los dirigentes del fútbol español llevan lustros presumiendo de «la mejor Liga del mundo». Y es posible que la Primera lo haya sido durante algunos años. A nivel deportivo, que no organizativo. Qué no decir cuando se comienza a descender peldaños.

El desastre alcanza cotas especialmente llamativas este verano. Y no tanto por las consecuencias de los desmanes económicos en los que han incurrido muchos, la mayoría, de los clubes. Desapariciones y descensos administrativos llevan ya un par de temporadas estando a la orden del día. El problema radica ahora en la respuesta, nula, equivocada, o cuando menos tardía, de los organismos responsables. Tal es así que, a once días de que arranque, la Liga Adelante no conoce el nombre de todos los conjuntos que la disputarán. La situación es todavía peor en Segunda B, donde ni siquiera se han conformado los grupos ni, por tanto, se ha sorteado el calendario. Y comienza el 25 de agosto, en menos de tres semanas.

Todo el lío pasa -al margen de la Liga de Fútbol Profesional y la Federación Española- por media docena de nombres propios: Murcia, Huesca, Racing, Xerez -los cuatro descendidos de Segunda del pasado curso-, Alcorcón, Guadalajara y el «nuevo» Salamanca Atlético.

Irregularidades económicas condenaron al Guadalajara -que se había salvado por los pelos sobre el césped- al descenso administrativo. El Murcia, primero de los descendidos, se hizo con su plaza. Claro que el club alcarreño ha recurrido a la justicia ordinaria, con lo que no se puede descartar que finalmente haya que hacerle hueco. Quién sabe cuándo ni cómo.

La amenaza del descenso administrativo también pendió sobre Mirandés y Deportivo, que se salvaron con la campana. Pero los dos equipos que aspiraban a hacerse con sus plazas, Racing y Huesca, vislumbran ahora una nueva víctima, el Alcorcón, que está siendo sometido a una auditoría para determinar si su conversión en SAD ha sido correcta. En caso negativo, perderá la categoría.

Compra de partidos

¿Quién se hará con su plaza? Cualquiera sabe, porque aquí comienza el enésimo lío. Debería ser, por méritos deportivos y pese a sus más de 30 millones de deuda, el Racing. Pero sobre el equipo cántabro pesa ahora la acusación del intento de compra de su partido frente al Girona, que la escuadra catalana ya ha denunciado formalmente.

Su presidente, Joaquín Boadas -que también acusó de haber intentado vender un partido al Xerez-, compareció ayer junto al presidente del Consejo Superior de Deportes Miguel Cardenal. Explicó que el presidente del Racing Ángel Lavín, el expresidente verdiblanco Francisco Pernía -vocal en la junta directiva de la Federación Española- y un representante de futbolistas se desplazaron a Girona el 2 de julio para proponerle que firmara, a cambio de la cesión de algún jugador y otras compensaciones, un documento fechado en abril en el que se admitía la alineación indebida de dos jugadores catalanes en el encuentro que se disputó en Santander.

El Racing ya había recurrido en su momento, peleando por tres puntos que le hubieran supuesto la salvación, pero los diferentes comités fallaron en su contra, dando por buenos los argumentos del Girona.

Si el intento de compra se confirma, el Racing descendería a Tercera, con lo que la plaza que pudiera liberar el Alcorcón quedaría definitivamente en manos del Huesca. Punto en el que se abre otro debate. Y es que Javier Tebas, presidente de la LFP, es oscense y fue, de hecho, presidente del club maño. Las sospechas y rumores sobre un posible empujoncito al Huesca se han sucedido a lo largo de todo el verano, hasta el punto de que el propio club emitió ayer un comunicado, en el que tildaba de «desvergonzadas» y «calumniosas» estas insinuaciones, subrayaba su buen -«ejemplar»- hacer económico y aseguraba que recuperará su plaza en Segunda, «ahora o cuando el tiempo de la justicia dicte».

Tiempo es precisamente lo que empieza a faltar. En la categoría de plata y, sobre todo, en la de bronce. A la incógnita sobre el destino definitivo de Alcorcón, Racing y Huesca, se une la situación del Salamanca Atlético, que ha recurrido a la justicia su exclusión de la Liga. Cuatro dudas que provocan que no haya ni grupos ni calendario, con los quebraderos de cabeza logísticos y económicos que eso supone para el resto de equipos.