Tokio admite preocupantes filtraciones de agua radiactiva de Fukushima
Las autoridades japonesas admitieron la filtración al mar de agua radiactiva procedente de la accidentada central nuclear de Fukushima. «Ahora mismo, tenemos una situación de emergencia», advirtió el director de la Autoridad Nacional de Regulación Nuclear.
GARA | TOKIO
El director de la Autoridad Nacional de Regulación Nuclear japonesa, Shinji Kinjo, reconoció ayer que el agua radiactiva contaminada por los reactores de la central nuclear de Fukushima-1 está probablemente filtrándose hacia el mar pese a las medidas adoptadas, lo que supone una situación de «emergencia» que la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio (TEPCO), responsable de la gestión de la planta, no está afrontando adecuadamente. «Ahora mismo tenemos una situación de emergencia», afirmó Kinjo en declaraciones a Reuters, al tiempo que reconoció que hay «una posibilidad bastante alta» de que el agua radiactiva subterránea se haya filtrado por encima de la barrera química que están levantando los técnicos.
El agua contaminada almacenada bajo la central nuclear de Fukushima-1 se estaría filtrando hacia el mar a niveles de hasta un metro bajo la superficie terrestre, muy por encima de la barrera química que están levantando los técnicos para impedir filtraciones y que solo es efectiva a partir de 1,8 metros desde la superficie, según reveló este fin de semana el diario japonés «Asahi».
Kinjo señaló que esta barrera química solo estaría retrasando el vertido de agua radiactiva al mar, un problema que solo irá a más, argumentó.
Se estima que diariamente unas 400 toneladas de aguas subterráneas entran en contacto con el agua radiactiva utilizada para enfriar los reactores de la central nuclear.
Desde mayo de 2011, dos meses después de la catástrofe de Fukushima, hasta julio de 2013, se han vertido al océano Pacífico entre 20 y 40 billones de becquereles (unidades que miden la actividad radiactiva), según reveló el domingo la propia empresa gestora de Fukushima.
Es la primera vez que TEPCO hace públicas sus estimaciones desde el terremoto del 11 de marzo de 2011, que provocó un gigantesco tsunami y causó el accidente nuclear en la central de Fukushima, el más grave de la historia después del de Chernobil (Ucrania), en 1986.
TEPCO estima que sería necesario bombear diariamente unas 100 toneladas de agua para evitar vertidos al océano, pero admite que no saben dónde podrían almacenar ese líquido, ya que más del 85% de la capacidad de almacenaje de la central, estimada en 380.000 toneladas, está ya cubierta.
TEPCO admitió a finales de junio, por primera vez, que sus aguas subterráneas radiactivas acumuladas a los pies de la central de Fukushima se habían filtrado al océano Pacífico vecino.