La fanfarria que marcó la entrada de Croacia en la UE se ha apagado y el nuevo miembro del bloque se encuentra, un mes después, en pleno marasmo económico.

La mayoría de los 4,2 millones de habitantes luchan por llegar a fin de mes en medio de una economía en recesión desde 2008 y unas perspectivas poco halagüeñas. Una de cada cinco personas y más de la mitad de la juventud, más del doble de la media en la UE (el 23%), está desempleada. Solo la superan Grecia y el Estado español.

El país envía cerca del 60% de sus exportaciones al mercado europeo, pero la crisis económica que afecta a varios países de la UE no permite ser optimista.

El Gobierno ha iniciado la privatización de su banco nacional, la mayor compañía de seguros y la empresa de transporte ferroviario de mercancías, para disminuir el déficit y la deuda pública, que roza el 60% del PIB.