Los candidatos australianos prometen más ayudas y menos impuestos
GARA | SIDNEY
El primer ministro de Australia, Kevin Rudd, y el jefe de la oposición, Tony Abbott, inauguraron ayer la campaña para las elecciones del próximo 7 de setiembre con promesas a los votantes de mayores ayudas y menos impuestos.
El laborista Rudd anunció 302 millones de euros para que unos 500 centros escolares puedan ofrecer o mejorar sus programas extraescolares, lo que beneficiará a unos 345.000 alumnos de primaria, según los cálculos del Gobierno.
Explicó que los centros podrán ofrecer «clases de música, deportes supervisados, ayudas en los deberes, las actividades habituales prácticas y divertidas que se hacen antes y después de la escuela». Insistió en que la idea principal es «ayudar a los padres».
El Ejecutivo también anunció 133 millones de euros para la industria automovilística y se comprometió a que toda la flota de coches gubernamentales sea de fabricación nacional.
El líder de la oposición, Tony Abbott, por su parte, prometió eliminar el impuesto sobre las emisiones de dióxido de carbono nada más empezar a gobernar, una de las políticas más polémicas del laborismo en los últimos seis años.