Iñigo Aguirre
Mutriku y la cojera del dragón
Una de las apuestas que el Gobierno Vasco tenía más clara cuando ideó el Plan Especial de Nuevo Puerto de Mutriku a finales del siglo pasado se ha plasmado firmemente en la forma de un Puerto Deportivo que ha abordado y desbordado lo que un día fue su puerto original, construido piedra a piedra desde el siglo XI. Atrás quedan un sinfín de maniobras para ahorrarse engorrosas tramitaciones medioambientales y una interminable lista de despropósitos técnicos y financieros que han hecho sangrar los bolsillos de todos nosotros hasta los 40 millones de euros. Todo ello a cambio de.... Un garaje para 250 barcos que ha privatizado de facto, su lamina de agua, la casi totalidad de sus accesos a ella y el tránsito por sus muelles.
Hace años que un dique-dragón devoró el horizonte marino vital de Mutriku para siempre. Pero su voracidad no ha cesado. El Gobierno Vasco, además de todas las fuerzas del ayuntamiento de Mutriku con una única excepción, quieren que ahondemos en nuestros taladrados bolsillos para alargar más el dique. Para que el dragón, además de cercar lo poco que nos queda de ensenada, abrase bastante más de 12 millones de euros adicionales. Un dinero que únicamente servirá para garantizar el confort de un espacio «deportivo» que dejó ya de ser público. Todo un ejercicio de socialización de pérdidas y privatización de beneficios.
Una vez abandonada su identidad y perdido el norte en la grupa del dragón, Mutriku cojea errático hacia la deriva.