Ernesto Valverde prosigue con su `Lego' rojiblanco, moviendo piezas, descartados ya Ramalho y Albizua -aún sin destino-, con Iñigo Ruiz de Galarreta que ayer cumplía 20 años cerrando su cesión por un año al casi vecino Mirandés de Koikili, Díaz de Cerio e Iñigo Martínez, y haciendo probaturas en Lezama en el dichoso flanco izquierdo del equipo, situando como interior zurdo al `examinado' Saborit, por delante del francés Laporte que se desempeñó de lateral. A Iñigo Pérez, otro de los que pueden salir, le situó de comodín en el partidillo organizado, aunque luego se ejercitó junto a Beñat, Susaeta e Ibai con lanzamientos a balón parado al final de la sesión matutina.

Pero en este plantel por cerrar y en el que la llegada más tarde o más temprano del vizcaino Mikel Rico cada vez se da más por hecha, hay un hombre que, en un segundo plano, ha sembrado más de una duda esta pretemporada sobre cuál será su futuro, incluso dentro del equipo rojiblanco. El gasteiztarra Gaizka Toquero pasó ayer por sala de prensa para reivindicarse, dejar claro que nunca se ha visto entre los descartados y que quiere cobrar protagonismo a pesar de que la competencia que tiene indique todo lo contrario.

Un vistazo al vestuario actual de Valverde deja poco sitio libre para que el jugador cobre minutos, más de los que Marcelo Bielsa le dio. De fiel escudero de Fernando Llorente con Joaquín Caparrós, la utilización de un solo punta por parte del Loco le restó participación, que fue casi testimonial esta última campaña a pesar del brindis al sol de la probatura en el lateral diestro y que no fue más allá de la probeta de Lezama.

Toquero tenía papeletas para ser uno de los sacrificados con la llegada de Ernesto Valverde, la puntilla a un jugador querido por la afición y al que llamativamente Josu Urrutia renovó al alza en octubre de 2012 hasta nada menos que 2016, con una ficha que hace prácticamente imposible su salida del Athletic por mucho que no entrara en los planes de Txingurri.

«Tener más protagonismo»

Hoy, el lehendakari ni mucho menos tiene despejado su panorama incluso dentro de la plantilla, ya que allá donde se mire cuenta hasta con dos jugadores con los que pelear un puesto. Susaeta y De Marcos, Aduriz y Sola, Muniain e Ibai, parecen partir por delante del gasteiztarra, que tendría que esperar que Valverde le diera entrada como un hipotético segundo punta cuando lo creyera oportuno. «En pretemporada he jugado de extremo y además sé que Ernesto a veces juega con dos delanteros y puedo jugar de segundo delantero», se mostró confiado el `2' rojiblanco, cuyo objetivo ahora mismo es «intentar ayudar en todo lo que pueda y tener más protagonismo que la temporada pasada. Los minutos que tenga, intentar ayudar al máximo». Otra cosa, reconoce, es que «no sé si Valverde me los dará».

El último año tan solo disputó 217 minutos en toda la Liga, frente a los 1.537 de la anterior o los 2.079 de la precedente. «Ilusión no perdí, aunque sí es verdad que a los futbolistas lo que nos gusta es jugar», aseguró un Toquero que más que perder esa ilusión lo que le sentía, dijo, era «un poco impotencia por no poder ayudar a tus compañeros».

Muchos le hubieran incluido entre las bajas de Valverde vista la plantilla y máxime tras la llegada de Kike Sola, pero el alavés negó verse fuera. «Nunca me he llegado a plantear (el descarte), aunque si me lo hubiesen llegado a plantear no se me hubiese caído el mundo encima tampoco», respondió, argumentando que «el equipo está por encima de lo personal».

Ante el Numancia (20.30)

El `2' regresa esta mañana a Lezama para entrenar y saber si viaja a Soria para medirse esta tarde (20.30) al Numancia de su excompañero Raúl Fernández, o si se queda con los no convocados para entrenar de nuevo por la tarde. No será hasta el mediodía cuando sepamos quiénes forman parte de esta penúltima expedición de pretemporada, a falta de ese desplazamiento a Cardiff del sábado. Dos últimas piedras de toque que, no estaría nada mal para la moral del grupo, se saldaran con algo más de puntería que la destapada los últimos cuatro encuentros.

Ayer, ni el lesionado Balentziaga ni el en capilla De Marcos formaron en el partidillo donde Valverde deja cada día algunas pinceladas. Magunazelaia; Iraola, Etxeita, San José, Aurtenetxe; Iturraspe, Beñat, Toquero; Susaeta, Saborit y Sola de una parte; Herrerín; Ramalho, Albizua, Etxeita, Laporte; Morán, Gurpegi, Herrera; Ibai, Muniain y Aduriz, de otra. Las novedades, esas comentadas de insistir en ver a Saborit fuera del lateral y a Laporte ocupando esa misma demarcación por si las moscas.

Últimas probaturas en definitiva de los leones, el de Viandar de la Vera que apura decisiones, mientras el grupo sigue entrenando al ritmo que marca el balón. «Más amenos» reconocía Toquero que son los entrenamientos del nuevo inquilino del banquillo, sobre todo por esa presencia casi constante del esférico. «Son entrenamientos intensos, con mucho balón, pero el físico lo trabajamos de otra manera», recalcaba el jugador gasteiztarra, a diferencia de las pretemporadas con Bielsa.

Diferencias también en esa forma de defender, que se trabaja ahora en zona tanto durante el juego como a balón parado, y no el marcaje al hombre que proponía el Loco, y que saca los colores e individualiza con el dedo al jugador que peor defiende o cometes errores.

Quien ya no estuvo ni estará será el joven Iñigo Ruiz de Galarreta, que finalmente recala en el Mirandés de Gonzalo Arconada, un destino próximo donde se le garantizan minutos y, sobre todo, un seguimiento cercano que permite a los técnicos de Lezama tener una visión real de su evolución. Ya solo falta saber si el pase de Albizua al Alavés salva las diferencias económicas sobre el pago de su ficha y conocer el destino de otro jugador que va a necesitar de minutos, Jonás Ramalho.