Las excavadoras comenzaron ayer a derribar la estructura y los dos ramales del viaducto de Sabino Arana de Bilbo que conectan con la A-8. La demolición de la que ha sido puerta principal de acceso a la capital vizcaina durante casi cuatro décadas se acomete una vez completada la retirada de los elementos secundarios, como señales, barandillas y barreras antirruido.

Para que las máquinas empezaran a trabajar, también ha sido necesaria la retirada de los coches de vecinas y vecinos que estaban aparcados debajo del viaducto.

Según indicó la agencia Efe, el derribo del «scaletrix», del que es responsable la Diputación Foral de Bizkaia, va a generar 15.000 metros cúbicos de escombro, de los que 12.000 corresponden al tablero y 3.000, a los pilares. Las mismas fuentes explicaron que la intención es que el material que se extraiga se utilice en su mayoría para diferentes obras en Bizkaia.

Está previsto que los trabajos para demoler esta estructura, que cuentan con un presupuesto de 2,8 millones de euros, finalicen a principios de 2014. El desmontaje del viaducto habilitará una superficie de 20.000 metros cuadrados para usos urbanos, sobre los que se barajan tres propuestas de urbanización que se han trasladado a los vecinos para fijar un proyecto consensuado, que será el que se ejecute finalmente.

El viaducto de Sabino Arana se inauguró al tráfico en 1975 para conectar la ciudad con la A-8 y se clausuró el pasado 17 de mayo, en víspera de la apertura de los nuevos accesos por la zona de San Mamés. Para la Asociación de Vecinos de Basurto, los nuevos accesos y el derribo del «escalextric» es un «triunfo de la perseverancia» para volver a tener «un barrio acogedor».

Ese mismo día, mientras que los vecinos de Sabino Arana dejaron de sentir las molestias que durante 40 años les ha creado el acceso a la A-8, los de Errekalde volvieron a salir a la calle para reivindicar la desaparición de la autopista sobre sus cabezas.